Human Rights Watch (HRW) ha informado este martes de que los al menos 147 cadáveres encontrados en el río de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria, entre enero y marzo de este año "fueron probablemente ejecutados en zonas controladas por el Gobierno" de Bashar al Assad.
La organización internacional visitó el lugar donde se encontraron los cuerpos; entrevistó a residentes y activistas que hallaron los cadáveres, así como a un forense que los examinó y a 18 familiares de víctimas; y revisó más de 350 fotos y vídeos de las víctimas.
Las fotografías y grabaciones, así como los relatos de los testigos, revelaron que "muchas de las víctimas tenían signos de haber sido detenidas y luego ejecutadas, ya que tenían las manos atadas a la espalda, disparos en la cabeza y la boca amordazada", ha explicado HRW en un comunicado.
"Los cuerpos flotando en el río de Alepo relatan un cuento espeluznante", ha subrayado el investigador de emergencias de HRW, Ole Solvang. "Es difícil ver cómo 147 personas podrían haber sido ejecutadas y sus cuerpos lanzados al río en territorio controlado por el Gobierno, como indican las pruebas, sin el conocimiento de las fuerzas gubernamentales que operan en la zona", ha opinado.
HRW ha subrayado que aunque su investigación "no es definitiva en términos de quién es responsable de las ejecuciones o de su motivación, el lugar en el que fueron encontrados los cuerpos y la información sobre el último paradero conocido de las víctimas indican que las ejecuciones se produjeron muy probablemente en zonas controladas por el Gobierno".
AL MENOS 147 MUERTOS
Aunque activistas locales habían señalado a HRW que habían descubierto más de 230 cuerpos en el río Queiq de la ciudad entre el 29 de enero y el 14 de marzo, la ONG ha sido capaz de contabilizar 147 víctimas mortales, "todas hombres, con edades comprendidas entre los 11 y los 64 años". HRW ha basado su recuento en las fotos e imágenes de los cuerpos, pero algunas familias se los llevaron antes de que fueran fotografiados o hallados en el río.
El río, que cruza de norte a sur la ciudad, atraviesa la línea que divide Alepo en una parte noroeste controlada por las fuerzas gubernamentales y una parte sureste controlada por las fuerzas opositoras y que ha permanecido prácticamente inamovible desde julio del año pasado.
Los cuerpos fueron recogidos junto a un puente en la zona opositora justo al sur de la línea de división y "aunque teóricamente es posible que los cadáveres fueran lanzados al río en el lado opositor, la investigación de HRW ha averiguado que la zona al norte del puente no estaba accesible ya que entraba dentro del radio de acción de los francotiradores del Gobierno", según el comunicado.
El 30 de enero, un día después de que aparecieran los primeros cadáveres, la agencia estatal siria SANA informó de que el Ministerio de Exteriores sirio había enviado una carta al Consejo de Seguridad y al secretario general de la ONU acusando al Frente al Nusra --un grupo de oposición islamista vinculado a Al Qaeda y al que Naciones Unidas incluyó recientemente en sus sanciones-- de estar detrás de las ejecuciones argumentando que los cadáveres habían sido encontrados en zonas opositoras.
61 IDENTIFICADOS
Gracias a sus entrevistas con los familiares de las víctimas, los datos aportados por responsables opositores locales y las bases de datos de bajas, HRW ha conseguido elaborar una lista de 61 nombres de víctimas identificadas, mientras que el resto no pudieron ser identificadas antes de su entierro. Activistas locales, según HRW, han tomado muestras de las víctimas para poder llevar a cabo en el futuro su identificación a través del ADN.
"Estas ejecuciones ponen de manifiesto la necesidad urgente de investigaciones objetivas e imparciales", ha defendido Solvang. "El Consejo de Seguridad de la ONU debería remitir el caso de Siria al Tribunal Penal Internacional (TPI) y reclamar que el Gobierno sirio permita acceso a la Comisión de Investigación de la ONU al país", ha remachado.