HRW denuncia que las condenas de seis activistas del 20 de Febrero se basan en torturas

EUROPA PRESS 17/09/2012 12:42

Los propios condenados --Samir Bradli, Tarek Ruchdi, Nuresalam Kartachi, Abderrahman Assal, Yusef Ubela y Laila Nassimi-- habían denunciado desde que pasaron a disposición judicial que las confesiones eran falsas y que eran la única prueba contra ellos. El tribunal, recuerda HRW, rechazó en todo momento citar a ninguno de los policías que supuestamente fueron agredidos y tampoco respaldó su versión ningún testigo presencial.

Kartachi y Ubela fueron condenados a ocho meses de prisión, Bradli, Assal y Ruchdi a diez y Nassimi a una pena suspendida de seis meses de cárcel. Además se les ha impuesto una multa de 500 dirhams (más de 44 euros) a cada uno y una indemnización de 5.000 dirhams (unos 440 euros) a los policías heridos que deberán pagar los condenados.

"El tribunal ha enviado a los manifestantes a prisión sobre la base de confesiones supuestamente obtenidas bajo torturas y ha rechazado convocar a los denunciantes", ha insistido el subdirector de HRW para Oriente Próximo y el norte de África, Eric Goldstein.

"Marruecos solo podrá garantizar juicios justos cuando los tribunales investiguen con seriedad las acusaciones de confesiones coaccionadas y rechacen utilizar como pruebas las confesiones obtenidas impropiamente por la Policía", ha añadido.

MANIFESTACIÓN PACÍFICA

Los seis fueron detenidos en el barrio de Sidi el Bernusi de Casablanca durante una manifestación de varios cientos de personas el pasado 22 de julio. La manifestación fue pacífica, asegura HRW citando a testigos presenciales, aunque se corearon consignas antimonárquicas. Sin embargo, la Policía cargó para dispersar la protesta y detuvo a los seis procesados.

El 25 de julio, después de tres días de detención preventiva, comparecieron ante la Fiscalía, que les informó de que se les imputaban los delitos de participar en una manifestación no autorizada, agresión e insulto a agentes de la Policía durante el desempeño de su trabajo e insultos a la Policía como institución.

Tal como recoge el informe oficial de la Fiscalía, los seis negaron desde el primer momento los cargos y denunciaron torturas, insultos y amenazas por parte de la Policía. Según los detenidos, fueron golpeados en la furgoneta en la que fueron trasladados a una comisaría y de nuevo en las propias dependencias policiales.

Uno de los condenados, Tarek Ruchdi, de 29 años, relató que en la comisaría fue desnudado y que le introdujeron dedos en el ano. Otro, Yusef Ubela, de 23 años, denunció que le arrancaron las pestañas, lo desnudaron y también fue sodomizado. Samir Bradli, de 34 años, sostuvo que los agentes le golpearon y le arrancaron igualmente las pestañas.

MARCAS DE TORTURA VISIBLES

En la audiencia del 25 de julio, los resultados de estas torturas eran claramente visibles. Algunos de los acusados comparecieron con la ropa ajada y ensangrentada, según relataron dos de sus abogados, Mohamed Mesaudi y Omar Bendyelun, en declaraciones a HRW.

El fiscal del caso constata en su informe lesiones como un ojo morado o hematomas y rojeces en los brazos y ordenó entonces que un médico examinara a los acusados. El informe forense, una sola página sobre los seis acusados emitida ese mismo 25 de julio, recoge que no hay "nada particular" que reseñar y "ningún traumatismo", salvo un corte superficial en la cabeza de Samir Bradli. Posteriormente, los demás procesados denunciaron que el médico no les había realizado ningún examen, ha explicado Bendyelun.

El caso pasó al Tribunal de Primera Instancia de Ain Sbaa (Casablanca), que dicto prisión provisional para cinco de los detenidos, salvo la única mujer, Laila Nassimi. El juicio se desarrolló en tres sesiones, la última de las cuales fue muy larga y concluyó a las 3 de la madrugada del 11 de septiembre.

Durante las mismas se presentaron como pruebas las confesiones firmadas de cinco de los acusados, declaraciones escritas de varios policías que sostienen que fueron agredidos --aunque no especifica que los responsables fueran los acusados, salvo en el caso de Nassimi-- e informes médicos que certifican las heridas de los agentes. El quinto procesado, Kartachi, explicó en el juicio que se negó a firmar porque en ningún momento fue interrogado sobre lo ocurrido durante la manifestación.

Nassimi, de 53 años y la única condenada a una pena de prisión en suspensión, ha explicado a HRW que firmó la confesión sin leerla porque no tenía sus gafas y sólo después supo que en ella admitía haber mordido y golpeado a un policía. Nassimi desmintió esto en el juicio.

Hasta tres testigos presenciales citados por la defensa testificaron durante el juicio que la Policía se empleó violentamente contra los manifestantes y no a la inversa. Entre ellos figura un periodista que aseguró que los policías le metieron en un furgón y le golpearon antes de ponerle en libertad sin cargos.