Obligados a estar siempre alerta ante cualquier tipo de amenaza o irregularidad, y acostumbrados a ver todo tipo de incidencias, esta vez, los oficiales fronterizos de Quebec se vieron sorprendidos por un caso verdaderamente insólito con el que nunca antes se habían topado. Sucedió al dar el alto a un vehículo en el que viajaba una familia que regresaba a Quebec tras haber pasado unas vacaciones en Florida, EEUU. En su interior no solo viajaban una anciana y su hijo sexagenario, sino que además, en la parte trasera del turismo, se encontraba el cadáver del padre, de 87 años, identificado como Ferdinand Drapeau. Según la investigación, todavía en curso, el octogenario habría muerto en pleno viaje de vuelta tras un ataque al corazón, pero los familiares prosiguieron el camino a casa y pretendían cruzar la frontera con su vehículo y su cuerpo sin vida en el interior. Todo para no tener que asumir los costosísimos gastos, tanto sanitarios como de repatriación, existentes en Estados Unidos.
Al descubrir el cadáver, ya en el cruce de fronteras, las autoridades llamaron a una ambulancia Drapeau fue declarado muerto. Según los expertos, llevaba al menos dos días fallecido y no presentaba signos de violencia, a la espera de la autopsia definitiva, tal como informa CTV News Canadá, que precisa que no se ha producido ningún arresto.
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