Las investigaciones revelan que se utilizaron tres bombas en el atentado contra el ministro del Interior

EUROPA PRESS 06/09/2013 09:33

El equipo de investigación desplazado al lugar del suceso encontró un vehículo destrozado con signos de haber contenido un explosivo, así como otros dos agujeros en la calle a unos dos metros de distancia, según ha informado la agencia estatal egipcia de noticias, MENA.

Fuentes judiciales han indicado que dos de los explosivos estaban colacados a medio metro de altura, mientras que un tercero explotó a unos tres metros de altura, por lo que se baraja que éste último fuera lanzado desde una posición elevada.

Por último, las inspecciones llevadas a cabo sobre el terreno han apuntado que el radio de la explosión fue de unos 15 metros y que destruyó doce vehículos, incluyendo cinco que formaban parte del convoy del ministro del Interior.

Ibrahim escapó ileso al ataque, que, sin embargo, provocó heridas a al menos 21 personas, según el último balance del Ministerio de Sanidad, que ha dicho que no hay fallecidos, a pesar de las informaciones sobre la muerte de dos personas a causa del atentado.

Ciudad Nasr es considerado como un bastión de la organización islamista Hermanos Musulmanes y es el lugar en el que se encuentra la plaza de Rabaa al Adaweya, centro de las protestas contra las nuevas autoridades por el derrocamiento del expresidente Mohamed Mursi el 3 de julio.

El grupo emitió un comunicado pocas horas después del atentado para condenar "firmemente" el suceso y negar su vinculación con el mismo. Así, el alto cargo de la organización Amr Darrag sostuvo que las actividades de la formación "son pacíficas".

Ibrahim está a cargo de la Policía, que encabezó el desmantelamiento forzoso el 14 de agosto de dicha acampada y de la que tenía lugar en la plaza Nahda, hechos que se saldaron con la muerte de al menos 600 personas según el balance oficial, si bien Hermanos Musulmanes elevó el número de muertos a 4.500.

Las autoridades han cifrado en alrededor de 850 el número de fallecidos a consecuencia de la oleada de violencia desatada en el país a consecuencia del asalto militar a las acampadas, mientras que diversas ONG internacionales han acusado al Ejército de hacer un uso excesivo e injustificado de la fuerza.

Hermanos Musulmanes y sus aliados han acusado a las nuevas autoridades de acceder al poder a través de un golpe de Estado militar y de lanzar una campaña de represión contra los movimientos islamistas. Varios centenares de miembros de estos grupos, entre ellos varios altos cargos de Hermanos Musulmanes y el propio Mursi, han sido arrestados en las últimas semanas.

Entre las medidas más criticadas adoptadas por el nuevo Gobierno está el restablecimiento por parte del Ministerio del Interior de las funciones de lucha contra el extremismo y control de las actividades políticas y religiosas, suspendidas tras la revuelta que puso fin en 2011 al Gobierno del expresidente Hosni Mubarak.