El terror del Estado Islámico no tiene límites y así lo quieren hacer saber con las imágenes que difunden de sus rehenes y sus ejecuciones. Las últimas que llegan desde Kirkuk, en Iraq, muestran el traslado de varios prisioneros kurdos por las calles de la localidad, en jaulas donde, previsiblemente, serán quemados vivos.
Horas antes, con un rodaje más propio de una película de terror, han ofrecido las imágenes de una decapitación multitudinaria. Se trata de la ejecución de 21 cristianos egipcios. Todos van vestidos de naranja, acompañados cada uno por su verdugo, totalmente de negro, son obligados a arrodillarse para pagar por su único delito, ser coptos, la minoría cristiana de Egipto. Por ello son sentenciados a muerte.
El presidente egipcio, Abdefaltah al Sisi, ha respondido al brutal crimen asegurando que tomarán represalias y ha pedido a sus ciudadanos que no viajen a Libia. Pero la situación en Egipto ha llevado a muchos ciudadanos a buscar trabajo donde los terroristas han cumplido sus amenazas.
EEUU condena la “cobarde” ejecución
La Casa Blanca ha condenado la "despreciable y cobarde" ejecución. "Ofrecemos nuestras condolencias a las familias de las víctimas y nuestro apoyo al Gobierno y el pueblo egipcio mientras lloran a sus ciudadanos. La barbaridad del Estado Islámico no conoce fronteras. No tiene restricciones por fe, secta o etnia", ha dicho a través de un comunicado.
"Esta matanza indiscriminada de inocentes es sólo el más reciente de los muchos actos crueles perpetrados por terroristas afiliados al Estado Islámico contra los pueblos de la región, entre ellos el asesinato de decenas de soldados egipcios en el Sinaí, lo que sólo lleva a la comunidad internacional a unirse contra el grupo", ha agregado.