Según informa el periódico The Epoch Times, la madre, enfermera de profesión, les afirmaba a los médicos que los bajos niveles de sangre del niño se debían a una rara enfermedad de la médula ósea. La policía inició la investigación cuando los doctores le comunicaron que sospechaban que la madre estaba detrás de estos problemas sanguíneos que padecía el niño y decidieron instalar una cámara oculta en su apartamento.
El tribunal determinó que los malos tratos infligidos a su hijo lo pusieron en peligro de muerte y la condenó a cuatro años de prisión. La madre, que decidió no apelar la condena, explicó durante el juicio que:"No es una decisión que tomé conscientemente, no sé cuándo empecé a hacer lo que no se me permitía, sucedió gradualmente".
La mujer compartía en redes sociales la imagen de una madre soltera que luchaba sola contra la enfermedad de su hijo. De este modo conseguía que los medios locales se hicieran eco de su situación. Actualmente, el niño tiene siete años y vive con su padre y dos hermanos.
Los expertos psiquiátricos creen que la mujer padece un síndrome de Münchhausen, una enfermedad mental y una forma de maltrato infantil en la que el cuidador del niño, con frecuencia la madre, inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo. Esta enfermedad se caracteriza por causar lesiones deliberadamente para llamar la atención sobre el propio sufrimiento.
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