El milagro de encontrar comida en la ciudad fantasma de Mariúpol, tomada por las tropas de Rusia

Las informaciones en la guerra de Ucrania siguen siendo contradictorias. Mientras se anunciaba un corredor humanitario en la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol para evacuar a los civiles, lo cierto es que, de momento, solo hay noticias de combates y escaramuzas. La población agoniza entre escombros y hambre. Trocear un repollo para comer algo es un milagro.

La ciudad de Mariúpol tenía previsto comenzar el corredor humanitario de este jueves a las 10 horas, pero se desconoce si ha tenido éxito o no, por ahora. Más de 40 autocares se han desplazado de Zaporiyia hacia el área donde se pretende evacuar a los más de 160.000 residentes que todavía quedan en la localidad.

Todas estas personas viven entre escombros, sin agua, sin electricidad, sin comida y son rehenes del fuego cruzado de la batalla que todavía se produce en la calles del municipio, que visto desde el aire muestra una enorme escombrera. Mariúpol es una ciudad mártir, víctima de feroces bombardeos y cruentas batallas callejeras.

El gris plomizo sombrío que planea sobre este territorio es el resultado de intentar meter por la fuerza a la ciudad en el mapa soñado por el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Lo único que da color son los columpios y las pocas vidas que llenan el espacio de esas calles donde antes del asedio vivían 400.000 personas.

Los que resisten en Mariúpol viven al límite. Comer es un milagro. Un grupo de vecinos ha encontrado uno de casualidad y ha mostrado cómo lo cocinan en una parrilla construida con lo que ahora abunda, fragmentos de metal esparcidos.

"Esto no es vida. Bebemos el agua de no sabemos donde y entre los que quedamos, todos hemos perdido a alguien", comenta Liudmila, una de las vecinas que sigue en Mariúpol. El corredor humanitario es la única salida, pero el asedio no cesa y las imágenes que llegan de la guerra muestran una bestia que va degradando el sentido a la vida hasta que resulta insoportable.