Denning declaró a la policía que dejó al pequeño Oliver dos minutos junto a su hermano mayor en la bañera mientras ella limpiaba una alfombra.
Sin embargo, ese tiempo fue suficiente para que el bebé falleciera en un trágico accidente.
Cuando la madre regresó al cuarto de baño observó cómo el pequeño Oliver se había sumergido en el agua, estaba "de color gris" y tenía los "labios azules".
En declaraciones al diario Daily Mail, Amy Denning ha asegurado que "no hay un minuto que pase que no lo extrañe con todo mi corazón".
"Me gustaría decirles a todos que nunca deje a un niño en el baño. Nunca pensé por un momento que esto iba a pasar", ha comentado.
El bebé tras el accidente fue trasladado de urgencia al hospital donde se le mantuvo con vida aunque murió una semana después por las secuelas que sufría.
El juez británico Christopher Dorries ha declarado que no tenía dudas de que "la muerte de Oliver fue un trágico accidente". EPF