Milicianos vinculados a Séléka causan la muerte de siete personas y secuestran a otras diez

EUROPA PRESS 04/06/2013 14:37

Por una parte, siete personas perdieron la vida y diez resultaron heridas durante un ataque de Séléka contra la ciudad de Bouca, en el centro del país. Los milicianos, fuertemente armados, saquearon e incendiaron una veintena de viviendas y obligaron a la gente a refugiarse en la selva.

"Los asaltantes llegaron la semana pasada diciendo que venían a protegerles, pero en lugar de ello causaron daños y víctimas", han indicado testigos locales a los medios centroafricanos. "Tenemos miedo de que regresen tras las amenazas que nos han hecho", han añadido.

Por otra parte, al menos diez personas, en su mayoría niños, han sido secuestradas en la ciudad de Baboua (en el oeste) por el grupo rebelde Frente Democrático del Pueblo Centroafricano (FDPC), que ha reclamado el pago de un rescate de 1.500 euros por persona, según ha informado la emisora local Radio Ndeke Luka.

El FDPC, liderado por Abdoulaye Miskine, es uno de los grupos armados que se adhirieron el año pasado a Séléka e incluso llegó a participar en la toma de la capital, Bangui, el pasado 24 de marzo, tras lo cual fue destituido el entonces presidente François Bozizé.

Tras mostrar su desacuerdo con otras facciones de Séléka, Miskine amenazó con tomar las armas contra el nuevo Gobierno centroafricano. El pasado mes de abril, las fuerzas gubernamentales tuvieron un encontronazo cerca de la frontera con Camerún con los rebeldes de Miskine, quien resultó herido en aquellos enfrentamientos.

Transcurridos más de dos meses del golpe de Estado, el presidente (y exdirigente rebelde) Michel Djotodia y su Gobierno no han conseguido restablecer todavía la seguridad en Bangui y en las regiones controladas por Séléka.

Aparte de los problemas con la propia coalición, las autoridades siguen enfrentándose a los rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) y a otros grupos armados procedentes de Sudán del Sur, que el pasado 24 de mayo atacaron la localidad de Obo, en el extremo suroriental del país.