Este año Naciones Unidas ha escogido Mongolia para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente. El país vive un auténtico boom de la minería, su economía es la que más crece de todo el planeta, aproximadamente un 18% anual. Tienen las mayores reservas de minerales y de metales lo que ha provocado una voraz fiebre del oro. El reto es combinar el crecimiento económico con el desarrollo sostenible y por eso se han puesto en marcha varias leyes que intentan proteger la naturaleza, como la prohibición de utilizar mercurio, altamente tóxico, para extraer el oro. También se han restringido las licencias a la minería y se ha protegido un 17% del territorio, aunque un proyecto de ley aspira a que en unos años la protección se extienda a un 40% del suelo de Mongolia. El turismo, la ganadería y la agricultura, los tres grandes pilares que pueden garantizar la supervivencia de los nómadas, luchan por coexistir con la voracidad de las empresas mineras.