Mursi, que fue desalojado del poder por un golpe de Estado el pasado 3 de julio, está detenido en un lugar no revelado por cargos de asesinato y espionaje. Las autoridades judiciales egipcias han adoptado esta decisión un día después de que más de 500 personas hayan muerto en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los partidarios de Mursi por el desalojo de dos campamentos de protesta en El Cairo.