El incidente tuvo lugar el miércoles, cuando un grupo de hombres armados interceptó un convoy de dos vehículos "identificado" con el emblema de MSF en Kouki, a unos 80 kilómetros de la localidad de Bossangoa. Uno de los conductores murió tiroteado durante el ataque, en el que los asaltantes robaron incluso medicinas.
La jefa de la misión de MSF en República Centroafricana, Michelle Chouinard, ha considerado "absolutamente inaceptable" que se atacase a personal médico "cuando volvía de proporcionar cuidados vitales" a personas necesitadas, según un comunicado de la organización. "Los trabajadores humanitarios deberían estar protegidos", ha recordado.
La ONG se ha visto obligada a suspender sus actividades en la zona a la espera de recibir garantías de seguridad, tanto para su personal como para sus actividades. MSF ha reclamado una investigación por los hechos del miércoles y que los responsables rindan cuentas ante la Justicia.