Se abren vías negociadoras al conflicto fronterizo entre Camboya y Tailandia

AGENCIA EFE 26/04/2011 08:26

El Ministerio de Defensa camboyano informó, en un comunicado, de que el ministro tailandés de Defensa, el general Pravit Wongsuwan, había aceptado viajar a Phnom Penh para discutir la tregua.

La reunión bilateral es a iniciativa de Tailandia y la propuso el propio Wongsuwan durante una conversación telefónica hoy con su homólogo camboyano, Tea Banh, según la nota oficial, que no indica cuándo se celebrarán las conversaciones

Al mismo tiempo que se abría esta vía negociadora, el portavoz del Gobierno tailandés Supachai Jaisamutr anunciaba que el titular de Asuntos Exteriores, Kasit Piromya, se entrevistará el jueves en Yakarta con su homólogo indonesio, Marty Natalegawa, para tratar el contencioso.

Indonesia, como presidente de turno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), aceptó en febrero mediar en la disputa camboyano-tailandesa.

El Gobierno de Tailandia aprobó hoy mantener la presión militar para expulsar a las tropas camboyanos de la zona en disputa, acentuar el esfuerzo diplomático para que Camboya acepte el diálogo bilateral y revisar la cooperación bilateral.

Los enfrentamientos se produjeron hoy en el entorno del templo de Preah Vihear, un monumento del siglo XI declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y a más de cien kilómetros al este de donde empezaron las hostilidades el viernes pasado.

Seis soldados tailandeses y siete camboyanos han perdido la vida desde el viernes y 30.000 tailandeses y 26.000 camboyanos han sido evacuados, según datos oficiales difíciles de contrastar porque las autoridades de ambos países mantienen un tono triunfalista o victimista, según les interese, en sus anuncios oficiales.

"A pesar de la ambición territorial por parte del invasor ejército tailandés para capturar el templo de Ta Muen, las Fuerzas Armadas Reales de Camboya han defendido con bravura y decisión su derecho a defender la soberanía nacional", indicó hoy el Ministerio de Defensa Nacional a través de un boletín sobre la situación.

Los templos de Ta Muen, del siglo XII o principios del XIII, y de Ta Kwai, del siglo XII, ambos legados de la civilización jemer y situados junto a la frontera común, habían sido el centro de los enfrentamientos antes de que saltasen a Preah Vihear

Ninguno de los llamamientos a la calma y el diálogo de la ONU, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y Estados Unidos han conseguido detener la escalada de tensión.

"Estados Unidos está profundamente preocupado por los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad en la frontera entre Tailandia y Camboya. Instamos enérgicamente a ambas partes a contenerse, abstenerse de actos provocativos y a tomar inmediatamente todas las medidas necesarias para reducir la tensión", dijo la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, la víspera.

Tailandia insiste en celebrar conversaciones bilaterales con Camboya, se opone a la internacionalización del conflicto y rechaza la presencia de observadores indonesios en la frontera, pese a que lo aceptó el pasado 22 de febrero, mientras que los soldados camboyanos no se retiren de las zonas en disputa.

El cruce de acusaciones entre ambos gobiernos, como el que Tailandia presuntamente ha usado armas químicas o que Camboya utiliza a civiles como escudos humanos, contribuye a enturbiar la situación.

Este contencioso cobró fuerza en 2008 cuando Preah Vihear fue declarado patrimonio de la humanidad y la UNESCO lo inscribió dentro del territorio camboyano, aunque Tailandia no reclama la soberanía de este centro religioso que el Tribunal Internacional de La Haya concedió a Camboya en 1962, sino una zona de 4,6 kilómetros cuadrados adyacente

Desde entonces, los ejércitos de ambos países se han enfrentando en varias ocasiones, la última el pasado mes de febrero y han muerto ocho personas, incluidos civiles, y decenas han resultado heridas en los combates librados durante cuatro jornadas.

Al mes siguiente, Camboya y Tailandia aceptaron la mediación de Indonesia, pero luego los tailandeses cambiaron de opinión y adujeron que la presencia de observadores indonesios en la zona en disputa podía complicar la situación.