Una niña de 13 años ha sido sentenciada por el tribunal de Hong Kong a recibir tratamiento psicológico tras declararla culpable por quemar una bandera de China durante las protestas.
La joven ha sido puesta en libertad provisional durante un año, pero está obligada a vivir bajo un toque de queda, además de participar en sesiones de “tratamiento y rehabilitación”.
La menor se declaró culpable de haber quemado la bandera durante una manifestación, en un acto que reconoció como "impulsivo".
La jueza del caso, Kelly Shui, ha avisado a la joven de que recibirá una sentencia más dura si vuelve a cometer un delito parecido o más grave en el futuro.
Los jóvenes hongkoneses han encabezado las múltiples manifestaciones que llevan meses sacudiendo el territorio. Se tiene constancia de que la Policía del territorio ha arrestado incluso a niños de once años en relación a las protestas.