El norte de Europa no irá a la guerra por Ucrania

  • Salvo un inesperado giro de guión geopolítico, Alemania, Los Países Bajos y los países nórdicos, pese a haber sufrido las hostilidades presentes y pasadas de Rusia, no saldrán a defender militarmente a Ucrania en caso de que se produzca la temida invasión.

En Alemania, los países nórdicos y Los Países Bajos también se observa con preocupación la evolución de la situación en Ucrania, país cuyas fronteras han sido rodeadas por más de 100.000 militares e ingente logística militar rusa. El norte de Europa, de hecho, mantiene actualmente una lastrada relación con Rusia.

En Alemania, sin ir más lejos, políticos del Bundestag han sufrido ciberataques procedentes de Rusia. Berlín ha sido escenario de un asesinato de un ex-combatiente checheno encargado por actores estatales rusos y, sin echar mucho más la vista atrás, fue Alemania la que salvó la vida al envenenado opositor ruso Alexei Navalny.

Frente a estas actividades rusas y en respuesta a la violación de la soberanía e integridad territorial de Ucrania, Alemania siempre ha sido partidaria de castigar a Rusia con sanciones. Militarmente, sin embargo, Alemania es un país muy difícil de movilizar, incluso cuando se plantea el peor de los escenarios posibles en Ucrania: el de una guerra contra Rusia.

“Las encuestas muestran que los alemanes piensan que un ataque a Ucrania es improbable. Y si una guerra ocurre en Ucrania, no habrá tropas alemanas defendiendo a Ucrania, que se va a quedar sola, porque esta percepción alemana no es exclusiva de Alemania”, dice a NIUS Marcel Dirsus, experto del Instituto para la Política de Seguridad de la Universidad de Kiel.

Para los alemanes, si hay invasión, “no es su problema”

Tanto es así que en una reciente encuesta elaborada en varios países de Europa a cargo del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés) se apuntaba que apenas un 37% de los alemanes consultados pensaba que su país debía salir en defensa de Ucrania en caso de invasión. “Los alemanes piensan que si una invasión ocurre, no es su problema”, comenta Dirsus.

El canciller alemán, Olaf Scholz, que ha pasado recientemente por Kiev y Moscú para encontrarse con Volodymir Zelenski y Vladimir Putin, actúa estos días en busca de soluciones diplomáticas, tratando de reimpulsar los acuerdos de Minsk, documentos que deberían servir para poner fin a la guerra en el este ucraniano.

Desde 2014, año en que Rusia se anexionó ilegalmente la península de Crimea, Kiev se enfrenta en un conflicto civil en la región del Dombás (este ucraniano) a separatistas prorrusos que cuentan con el apoyo de Moscú. En el Kremlin, Putin defiende que allí está teniendo lugar un “genocidio”.

Berlín niega que ese sea el caso. Aún así, el Gobierno alemán y la población sí valoran la situación en Ucrania como una crisis europea. Concretamente, el 52% de los encuestados por el ECFR en Alemania así lo piensa. Esto hace aceptable en el debate alemán que Alemania haya reforzado recientemente su presencia militar en el batallón de la OTAN que opera en Lituania.

Alemania lidera ese batallón, que cuenta con 1.103 efectivos, según datos de principios de febrero de la Alianza Atlántica. Hasta 543 de esos militares son soldados alemanes en ese batallón. Están distribuidos en una compañía de blindados, dos pelotones de infantería mecanizada, un pelotón de tanques y otro de ingenieros.

Países Bajos: presencia en OTAN, voluntad de apoyar Ucrania e “incomprensivos” con Rusia

A ese mismo batallón de la OTAN, Los Países Bajos son el segundo país que más efectivos aporta. En concreto, según las cuentas de la Alianza Atlántica, 270 militares, los que integran los elementos logísticos neerlandeses y los que se suman como efectivos de una compañía de infantería mecanizada.

A diferencia de Alemania, el Gobierno neerlandés ha asegurado que responderá “positivamente” a una solicitud de armas del Ejecutivo ucraniano.

Así explicaba la posición de su país el ministro de Asuntos Exteriores, Wopke Hoekstra, a finales del pasado mes de enero: “el Gobierno holandés, anteriormente, no tenía la intención de entregar armas a Ucrania, en un esfuerzo para no aumentar la tensión en la región, pero la situación ha cambiado hasta un punto en el que es necesario mirar la situación actual desde otra perspectiva”.

Además de armas, en Los Países Bajos se estudia estos días cómo poder ayudar a Ucrania en materia de cyberdefensa.

De acuerdo con un reciente estudio de opinión del Instituto Neerlandés del Relaciones Internacionales, poco más del 50% de los holandeses cree que su país no debe “entender que Rusia quiera mantener una esfera de influencia en países como Ucrania o Bielorrusia”. No llegan al 20% los que piensan que su país ha de ser comprensivo con las aspiraciones geopolíticas rusas en esos dos países. El resto de los encuestados se declaraban “neutrales”.

No hay que perder de vista, para entender esos porcentajes, que casi dos tercios de los viajeros que murieron el 17 de julio de 2014 en el avión de Malaysia Airlines derribado por un misil a su paso por el cielo ucraniano eran ciudadanos de Los Países Bajos. Se estima que fueron 193 los neerlandeses fallecidos en ese ataque, del que las autoridades del pequeño país europeo responsabiliza a Rusia.

Aún más traumática es la historia de Finlandia en lo que respecta a su relación con Moscú. El siglo pasado, la guerra entre los Ejércitos de Finlandia y de la Unión Soviética, que duró tres meses y una semana, en el invierno de 1939 a 1940, dejó una cantidad estimada en unos 25.900 muertos o desaparecidos en el bando del país nórdico.

Ucrania, ¿cómo Finlandia ante la Unión Soviética?

Aquella resistencia contribuiría a que, durante la Guerra Fría, se hablara de la “Finlandificación” del país, un término que aludía a una supuesta neutralidad impuesta al país nórdico, que no pudo evitar recibir las presiones soviéticas.

Respecto a Ucrania, el presidente francés Emmanuel Macron ha se ha referido a ese estatus de Finlandia como una de las posibles soluciones. Pero, como los finlandeses no quisieron la “Finlandificación” de su país, tampoco la quieren ahora para los ucranianos.

“Los líderes y la población de Finlandia están, por supuesto, preocupados por la situación en Ucrania, no por que Finlandia u otros países nórdicos se sientan amenazados sino porque hay tendencias internacionales que pueden afectar a la región”, dice a NIUS Matti Pesu, experto en cuestiones de seguridad del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales.

De esa preocupación da cuenta precisamente el reciente refuerzo militar implementado por el Ejército de Suecia en la isla de Gotland, situada a proximidad del enclave ruso de Kaliningrado.

Putin hace que la OTAN sea más atractiva para Finlandia y Suecia

Expresión de esa misma preocupación es que para países como Suecia o Finlandia, que no son miembros de la OTAN, “ahora sea más atractivo formar parte de la alianza, por eso piensan en la idea de entrar en esa organización”, recuerda a NIUS Olaf Boehnke, analista en Berlín de la consultora internacional Rasmussen Global.

“En realidad, con su comportamiento internacional, Putin ha logrado que la OTAN sea más atractiva, porque ofrece precisamente protección contra un vecino loco como lo es Putin”, añade este experto. Según recuerda Pesu, no hay que olvidar que, “respecto de Helsinki, hay partes de Finlandia, en el norte, que están más lejos de la capital del país que Ucrania”.

A diferencia de Suecia y Finlandia, sí que forman parte de la OTAN Dinamarca y Noruega. Dinamarca, bajo el mando del Reino Unido del batallón de la Alianza Atlántica en Estonia tiene a 200 militares, entre oficiales y una brigada de infantería.

“Mandar tropas a Ucrania no se contempla en ningún país nórdico”

Al igual que Suecia, Dinamarca también ha tomado medidas militares para tener mayor vigilancia de su zona en el mar Báltico, además de preparar a un batallón de entre 700 y 800 soldados para poder ponerlo a disposición de la OTAN en menos de una semana en caso de que sea necesario. Todo ello, “debido a la inaceptable presión militar rusa a Ucrania”, según han explicado las autoridades castrenses danesas.

Noruega, por su parte, tiene bajo el mando alemán en Lituania una compañía de infantería mecanizada dotada de tanques y vehículos de combate de infantería, según datos de la OTAN, que cifra en “hasta 150” el número de militares de este otro país nórdico en ese batallón.

Los países nórdicos, por tanto, no son ajenos al escenario de una posible desestabilización de su región en caso de invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, según subraya Pesu desde el Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales: “mandar tropas a Ucrania no se contempla en ningún país nórdico, especialmente en Finlandia”.

Así, en la citada encuesta del ECFR, sólo un 20% de los finlandeses pensaba que, en caso de invasión a Ucrania, su país tendría que acudir en defensa de la víctima de Putin. En Suecia, el porcentaje era mayor, pero no son mayoría los que piensan que su país tendría que movilizarse militarmente en defensa de Ucrania. Sólo un 43% de los suecos así lo cree.