Los manifestantes han exhibido en la marcha de Budapest banderas de la Unión Europea y pancartas con lemas como "Viktor, game over" o "Yo apoyo a la CEU". "Es insoportable lo que está ocurriendo aquí. Quiero vivir en democracia", ha declarado Agnes Bojte, realizadora de documentales. "Es como si el aire se hiciera cada vez más pesado en este país", ha añadido.
"Los medios de comunicación, los estudiantes y el pueblo húngaro no podrán ser silenciados en su propio país", ha asegurado uno de los oradores durante la protesta.
Estados Unidos y la UE han criticado las leyes impulsadas por el Gobierno de Orbán, que consideran contrarias a derechos civiles básicos, ya que afectan a los medios de comunicación, a las instituciones públicas y al Tribunal Constitucional.
El propio Orbán, en el poder desde 2010, ha respondido a las movilizaciones con una entrevista en el periódico afín 'Magyar Idok' en la que ha vinculado este conflicto con la lucha por la defensa de la soberanía nacional.
"En Hungría, el Gobierno está sometido a ataques y a una presión continua, por lo que en todas las elecciones está en juego si tenemos un Parlamento y un Gobierno que sirva a los intereses del pueblo húngaro o que sirva a intereses extranjeros", ha argumentado.
Así, ha relacionado la situación política y las protestas con la cercanía de las elecciones legislativas, previstas para 2018. Los últimos sondeos pronostican un apoyo de en torno al 30 por ciento para el partido de Orbán, Fidesz, muy por delante de los partidos de la oposición.
"Si aceptáramos el dictado de Bruselas o de otros centros de poder político o económico (...) no tendríamos conflictos en nuestro país, pero la historia de los húngaros es una historia de lucha por las libertades", ha apostillado.