No obstante, el jefe de la misión, el general Robert Mood, había asegurado poco antes en un comunicado que los observadores habían sido retenidos en los puestos de control del Ejército y "en algunos casos rechazados", y que algunas patrullas de la ONU habían sido "detenidas por civiles de la zona".
Asimismo, el general Mood explicó que algunos vecinos de la la zona les habían advertido de que la seguridad de los observadores podría estar "en riesgo" en caso de que entrasen en la aldea de Mazraat al Qubeir.