Cerca de 30.000 personas se habían congregado en el estadio Mbizo, de Kwekwe, a 213 kilómetros al oeste de la capital para escuchar al conocido pastor Walter Magaya.
La tragedia se desencadenó cuando la Policía decidió cerrar todas las salidas del estadio excepto una, según reconoció el comisario adjunto de la Policía de la provincia de Midlands, Shadreck Mubaiwa, al diario zimbabuense 'Herald', quien achacó el embotellamiento a la "prisa" de los asistentes en abandonar el evento.
Nada más comenzar el tapón, varios de los asistentes intentaron derribar un muro de plástico cercano a la salida para escapar, momento en el que fueron repelidos por los agentes con gases lacrimógenos, según fuentes del 'Herald'.
El comisario Mubaiwa ha desmentido que eso sucediera y aseguró que sus agentes "se vieron superados por la multitud a la que intentaban rescatar".
Cuatro personas fallecieron en el acto y otras siete fueron declaradas muertas en un hospital cercano. "Es una lástima", ha apuntado Mubaiwa, "que la gente se diera tanta prisa en salir, lo que nos dificultó enormemente nuestra capacidad para contener la situación".