El coordinador para asuntos humanitarios, James Rawley, ha subrayado que el año pasado "fue trágico para Palestina", recordando que se registró "un drástico incremento de las carencia" y que "unas 100.000 personas aún no pueden retornar a sus hogares en Gaza y Cisjordania".
Así, ha indicado que miles de personas viven en situación de inseguridad y que corren el riesgo de perder sus viviendas y medios de subsistencia debido a las demoliciones llevadas a cabo por las autoridades israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este.
Naciones Unidas ha apuntado que la falta de apoyo por parte de los países donantes implicaría la continuación de la situación de desplazamiento que atraviesan cerca de 22.000 familias, así como que hasta 1,6 millones de personas quedaran sin acceso a agua, servicios sanitarios y ayuda alimentaria.
La organización internacional ha detallado que el plan tiene como objetivo llevar a cabo 207 proyectos por parte de 77 organizaciones, entre ellas trece agencias de la ONU, con cerca de un 80 por ciento del presupuesto destinado a proyectos de alojamiento y alimentación. Además, más del 75 por ciento del dinero irá destinado a la Franja.
"Junto a la respuesta humanitaria, necesitamos cambios fundamentales, particularmente en Gaza, que está al borde de una nueva gran crisis. Sobre todo, se ha de solidificar el frágil alto el fuego, se ha de levantar el bloqueo, respetar los Derechos Humanos y alcanzar una solución política para todo el territorio palestino", ha remachado Rawley.