Los combates comenzaron en Kordofán del Sur el pasado junio y en septiembre se extendieron a Nilo Azul, dos estados que hacen frontera con Sur de Sudán. De las 417.000 personas han abandonado sus casas para huir de la violencia, más de 80.000 han ido a Sur de Sudán, según las estimaciones de la ONU.
"He recibido informaciones alarmantes con respecto a la malnutrición y la situación alimentaria, sobre todo en zonas controladas por el SPLM-Norte", ha declarado a los medios de comunicación en Jartum la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos.
Amos ha instado al Gobierno de Sudán a levantar la prohibición que impide que los trabajadores internacionales de Naciones Unidas entren en los dos estados fronterizos. Desde que empezaron los enfrentamientos, los organismos de la ONU y las ONG solo han podido mantener en la zona pequeños equipos de empleados sudaneses, y las autoridades impiden que los trabajadores humanitarios visiten lugares donde ha habido combates.
"Tenemos que asegurarnos de que la capacidad de la ONU, que está aquí para apoyar los esfuerzos del Gobierno, se compone de una mezcla de personal de Naciones Unidas, nacional e internacional, para asegurarnos de que tenemos las habilidades necesarias", ha dicho tras reunirse con miembros de las autoridades sudanesas.
POSTURA DEL GOBIERNO
Pero la ministra de Bienestar, Amira Fadhil, ha explicado que el objetivo de esa prohibición es proteger a los trabajadores extranjeros y ha añadido que seguirá vigente. "Tememos por la seguridad de los extranjeros. Por eso creemos que la presencia de una organización sudanesa tiene sentido. Pero queremos garantizar el acceso lo antes posible", ha indicado.
Sur de Sudán se declaró Estado independiente el pasado julio, en aplicación del acuerdo de paz de 2005 que puso fin a la guerra civil entre el norte y el sur de Sudán. En Nilo Azul y Kordofán del Sur hay grupos que se pusieron de parte del sur en la guerra y que dicen que siguen estando perseguidos en Sudán.
El SPLM-N es uno de los grupos rebeldes presentes en las zonas subdesarrolladas de la frontera que lucha para derrocar al presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir, y acabar con el dominio de la élite política de Jartum.