La ONU ha registrado más de 3.300 agresiones sexuales en 2012 en la provincia congoleña de Oriental

EUROPA PRESS 01/04/2013 14:30

Más de 3.300 mujeres fueron agredidas sexualmente a lo largo de 2012 en la provincia Oriental, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), la mitad de ellas aparentemente a manos de los grupos armados rebeldes y de los miembros de las fuerzas de seguridad que operan en la zona, según revela un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Población (FNUAP).

El estudio --que únicamente recoge los 3.304 casos en los que las víctimas pudieron recibir asistenca médica, psicosocial, judicial y para la reinserción socioeconómica-- indica que los peores balances se registraron en el distrito de Ituri, que se encuentra en situación de guerra desde hace diez años y que concentra el 75 por ciento de los casos (2.462).

Entre los distintos tipos de agresiones sexuales, las violaciones --incluidas las colectivas-- son las más frecuentes, con un 71 por ciento de los casos (2.348). El 93 por ciento de las víctimas son mujeres, la mitad de ellas con edades comprendidas entre los doce y los 17 años, pero también se ha registrado un tres por ciento de casos en los que las víctimas han sido hombres.

En lo que respecta a las consecuencias de las violaciones, se han registrado 62 casos de embarazos, catorce de transmisión del virus del sida (VIH) y 75 de contagio de otras enfermedades infecciosas transmisibles sexualmente.

El informe indica que los perpetradores son hombres de entre 18 y 40 años. Alrededor del cuarenta por ciento, según el estudio, figuran como "civiles", entre los que se incluyen familiares o miembros reconocidos de las comunidades de las víctimas.

El documento atribuye el resto de los casos a los distintos grupos armados que operan en la región, pero reconoce que el 45 por ciento de los autores figuran como "desconocidos o no identificados" porque no vestían uniforme en el momento de los hechos y solo se han podido confirmar un doce por ciento de casos por parte de los grupos armados rebeldes y un poco más del cuatro por ciento por parte de soldados o policías.

El documento destaca también que solo el dos por ciento de las víctimas han recibido algún tipo de asesoramiento judicial y que, pese a la apertura de procesos, ningún presunto autor de los hechos ha sido detenido hasta la fecha.

229 VÍCTIMAS DE MORGAN

Por su parte, una reciente investigación judicial efectuada conjuntamente por el Ejército, la Policía y la misión de la ONU (MONUSCO) ha registrado los nombres de 229 víctimas de violaciones, torturas, homicidios y saqueos cometidos desde el 12 de marzo de 2012 en Mambasa (un territorio situado a 160 kilómetros al suroeste de la ciudad de Bunia, en Ituri) por las milicias del 'señor de la guerra' Paul Sadala, alias 'Morgan'.

Durante sus incursiones en Mambasa y en las poblaciones de los alrededores, las milicias de Morgan han cometido en el plazo de un año 168 casos de saqueos, 36 violaciones, doce homicidios y trece casos de torturas, según ha declarado un auditor de la guarnición militar de Ituri, Kumbo Ngoma, citado por Radio Okapi, emisora vinculada a la MONUSCO.

Las milicias Mayi Mayi de Morgan ocuparon la ciudad de Mambasa el pasado 6 de enero, de la que fueron posteriormente expulsados por el Ejército después de fuertes enfrentamientos. Durante los combates murieron catorce personas y miles de personas huyeron de sus hogares.

Los Mayi Mayi son el nombre genérico de los antiguos guerreros tradicionales que decían proteger a sus comunidades con la ayuda de los poderes sobrenaturales. No obstante, con el tiempo han degenerado hasta convertirse en poco más que mercenarios de los numerosos grupos armados insurgentes o gubernamentales que operan en el país y han sido acusados de algunos de los peores abusos contra los Derechos Humanos en la RDC.

Morgan es un antiguo cazador furtivo de elefantes y productor de oro de la región de Ituri que, amparado en la supuesta defensa de los intereses de los pobladores locales frente a la extensión de las reservas de caza, se ha convertido en uno de los comandantes más violentos de la zona y en un conocido contrabandista de marfil para el mercado asiático.