La Policía halló los cadáveres tiroteados de los fallecidos el pasado viernes por la noche en el distrito de Karan Wa Munjan, en la montañosa provincia norteña de Badakshan, y desde allí fueron trasladados a Kabul a la espera de su identificación definitiva.
En una rueda de prensa en Kabul, Frans confirmó hoy las identidades de los fallecidos, entre quienes hay tres mujeres, y sus nacionalidades: como ya adelantó la Policía, son seis estadounidenses, un británico, un alemán y dos afganos.
"Se ha confirmado que los cadáveres de las diez personas halladas en Badakhshan el viernes eran los de nuestro equipo desaparecido del Campamento Oftalmológico de Nuristán", indicó Frans, quien se mostró esperanzado en que los autores de las muertes serán hallados.
En un comunicado divulgado el pasado día 6, los talibanes dijeron haber asesinado a nueve extranjeros -"en posesión de documentos de inteligencia"- y un traductor afgano que no detuvieron sus vehículos cuando los insurgentes intentaban darles el alto.
"Tal y como están las cosas, IAM no está pensando en retirarse de Afganistán", manifestó hoy Frans, quien rechazó que su organización se dedique a lograr conversiones al cristianismo y destacó la amplia experiencia de campo del líder del grupo asesinado, Tom Little.
"Nuestra fe nos motiva e inspira, pero no hacemos proselitismo. La ayuda no se usa para apoyar un punto de vista político o particular. La IAM no sería invitada de vuelta a más pueblos si usáramos la ayuda como pantalla para la prédica", aseveró Frans.
El asesinato del equipo médico fue también condenado hoy por el jefe de la Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), Staffan de Mistura, quien lo calificó en un comunicado como una "aparente ejecución a sangre fría".
"Los trabajadores sanitarios deben tener acceso a tratar a aquellos que lo necesitan y deben hacerlo sin temor. Bajo la ley internacional, los trabajadores de sanidad deben ser protegidos mientras llevan a cabo su tarea", agregó De Mistura.