Una pareja de Nueva Jersey acudieron a una clínica de fecundación in vitro para someterse a un tratamiento y tener un bebé. Tuvieron una hija en 2013 y dos años después, notaron que la pequeña empezaba a tener rasgos asiáticos y se sometieron a una prueba de ADN que determinó que Drew no era el padre biológico de la pequeña.
Kristina Koedderich y Drew Wasilewski aseguran haberse gastado en el proceso de fecundación más de 400.000 euros y naturalmente, denunciaron la negligencia del Instituto de Medicina y Ciencia Reproductiva en Saint Barnabas.
Según se recoge en los documentos judiciales, este hecho provocó la ruptura del matrimonio pero siguen luchando juntos para encontrar respuestas.
El juez ordenó el pasado mes que la clínica entregara una lista con los hombre que donaron el esperma al mismo tiempo que la pareja se sometía al tratamiento. Los padres quieren saber quién es el padre biológico de su pequeña para poder darle respuestas a sus posibles preguntas futuras sobre su aspecto físico y además conocer si el esperma de Drew fue utilizado en otro tratamiento.
La pareja también reclama una compensación económica todavía sin especificar porque este grave error les causó "gran dolor, sufrimiento, lesiones permanentes y discapacidades, así como la pérdida del disfrute de la calidad de vida" asegura el abogado de la pareja a The Post.