Pauline Brünger, portavoz de Fridays For Future en Alemania: “La crisis climática no se soluciona con vacunas”

  • El movimiento juvenil Fridays For Future, pese a la pandemia, sigue su a lo suyo contra el cambio climático. Su portavoz en Alemania, Pauline Brünger, avisa en NIUS: “no vamos a dejar de salir a la calle para esperar las próximas elecciones y que ganen Los Verdes”.

No es porque abunden los sondeos que dan la victoria a Los Verdes en las próximas elecciones generales alemanas, previstas para el 26 de septiembre, que los jóvenes militantes ambientalistas del movimiento Fridays For Future han puesto a su lucha contra el calentamiento global una fecha de caducidad cercana. Nada está más lejos de la realidad.

Al menos así parece si se atiende a lo que explica a NIUS en esta entrevista Pauline Brünger (Colonia, 2001). Ella es una de una de los portavoces en Alemania del movimiento lanzado por la activista sueca Greta Thunberg. Esta joven universitaria plantea que en Alemania, donde Fridays For Future ha arraigado y demuestra recurrentemente su poder de movilización, los políticos no pueden estar tranquilos.

Es de esperar que Brünger y compañía se sigan haciendo oír en manifestaciones y acciones de protesta. Porque ninguno de los partidos políticos con opciones de llegar al poder tras las próximas elecciones generales presenta objetivos que satisfagan a los militantes de Fridays For Future. Ni siquiera Los Verdes.

“Los Verdes no tienen un programa electoral que permita llegar a los objetivos climáticos que deseamos”, dice Brünger. Ella alude a que Alemania lleve a cabo con éxito salida del carbón para 2030, alcance la neutralidad medioambiental en 2035 y que para ese año también todo el país esté abastecido con energía renovables.

Esas exigencias de Fridays For Future garantizarían, según Brünger, que Alemania aporte de verdad en la lucha por mantener en 1,5º centígrados el calentamiento del planeta con respecto a los niveles pre-industriales, tal y como figura en el Acuerdo de París que firmaran en 2016 un total de 195 países.

P: Usted participa en Fridays For Future desde que empezaron a producirse las primeras manifestaciones de este movimiento hace dos años y medio. Al principio no eran más que un puñado de jóvenes activistas. ¿Tienen ustedes ahora una idea clara de a cuánta gente representan?

La verdad que nunca pudimos imaginar a la cantidad de gente que hemos podido movilizar en dos años y medio. En septiembre de 2019, cuando hicimos la mayor manifestación que hemos organizado, llegamos a juntar en Alemania en una manifestación a 1,4 millones de personas en varias ciudades. Hay que decir también que ahora, debido a la pandemia, no podemos hacer grandes movilizaciones. No queremos hacerlo porque tenemos claro que hay que luchar contra la pandemia y que en ningún caso queremos poner en peligro a otras personas con manifestaciones. Por eso no nos hemos movilizado tanto. Pero hemos hecho acciones de protesta con carteles y pintadas en las calle, por ejemplo. Incluso durante la pandemia hemos podido movilizar a mucha gente.

P: Hasta en quince ciudades alemanas salían a la calle activistas de su movimiento la semana pasada para pedir más medidas contra el cambio climático al Gobierno de Angela Merkel ¿Por qué es tan popular Fridays For Future en Alemania?

En Alemania la movilización contra el cambio climático es más grande respecto a otros países. Aquí la movilización ha sido más visible que en otros países. Pero desde hace décadas luchan muchos pueblos indígenas por sus derechos frente al cambio climático. Y no lo hacen por que puedan elegir el ponerse a defender esa causa, sino porque deben hacerlo dado que su hogar, por ejemplo, puede estar amenazado por la subida del nivel del mar. Pienso que es un gran problema que se haya mediatizado más el que los blancos y bonitos niños de Alemania hagan estas protestas. Por todas partes en el mundo hay gente que se compromete a favor de la lucha contra el cambio climático.

P: Durante la pandemia, el tema del cambio climático ha seguido en el debate público junto a la digitalización, entre otras cosas. Es un tema que figura en la lista de asuntos que parecen estar en las agendas de los actores políticos internacionales. ¿Ha ayudado la COVID-19 a impulsar los temas de los que habla Fridays For Future?

A través de la crisis del coronavirus ha quedado claro lo que supone vivir en una situación de crisis. Yo nunca había vivido algo que haya reducido tanto lo que podía hacer o no en mi vida. La crisis climática es, por lo general, algo percibido como muy abstracto. Pero la actual situación de pandemia ha acercado a la gente lo que supone vivir una crisis importante como la climática. De hecho, en los sondeos se sigue observando cómo la gran mayoría de la población sigue considerando que la crisis climática es la crisis más urgente y la mayor crisis de nuestro tiempo.

Le hablo de resultados de encuestas hechas en tiempos de grandes restricciones ante la COVID-19. En este tiempo, la gente ha entendido que la crisis climática nos va afectar mucho más. Porque es una crisis que no se puede resolver con vacunas. Sin embargo, al mismo tiempo, hay una contradicción respecto a este fenómeno de comprender lo que supone una gran crisis.

P: ¿En qué consiste esa contradicción?

Que desde un punto de vista político, ya sea en Alemania o en la Unión Europea, se ha conseguido alejar el hacer frente a la crisis climática. Se ha utilizado la crisis del coronavirus para no ocuparse del cambio climático, tomando, por ejemplo, decisiones que refuerzan la crisis climática. En Alemania, por ejemplo, se ha aprobado una ley para el abandono del carbón pero la ley aprobada por el Gobierno alemán no es compatible con el Acuerdo de París y el objetivo de limitar a 1,5º el calentamiento global.

P: Fridays For Future quiere, entre otras cosas, un abandono del carbón en 2030 pero el Gobierno alemán no.

Eso es. La canciller Angela Merkel lo ha dicho varias veces ya. La fecha que se ha dado Alemania es 2038.

P: ¿Ha servido la pandemia para relajar los objetivos climáticos del Gobierno de Merkel?

Sí, y eso que había la posibilidad de hacer grandes cosas en materia de cambio climático. Por ejemplo, la UE y Alemania han recurrido a grandes deudas para lanzar programas coyunturales para relanzar la economía. En esta iniciativa se podría haber financiado una gran transformación energética. Se podría haber decidido usar ese dinero para relanzar la economía pero, al mismo tiempo, crear una economía neutral desde el punto de vista climático.

Sin embargo, en Alemania, se ha destinado el mismo dinero para las energías fósiles que para las energías renovables. De nuevo, se están invirtiendo grandes cantidades de dinero en tecnologías del pasado. Y esto hace más difícil el mayor desarrollo de las energías renovables. Se ha perdido una oportunidad. Lo que ha pasado con el abandono del carbón es, desde un punto de vista del medio ambiente, una catástrofe total.

P: Hace usted esos reproches al Gobierno de 'gran coalición' que forman socialdemócratas y conservadores. Pero, de cara a las próximas elecciones generales, se asume que Los Verdes lograrán entrar en el próximo Ejecutivo. ¿Ha jugado Fridays For Future un papel en el auge de Los Verdes?

Los Verdes son el partido con mayor tradición de ocuparse del medioambiente. También son los que mejor están valorados en la población en lo que respecta a la política medioambiental. Pero, en general, los partidos tienen grandes problemas a la hora de tratar nuevos temas. Por eso son necesarios los movimientos sociales. Éstos llevan temas a la calle por los que luchan y que los partidos pueden integrar en sus programas políticos. Fridays For Future ha llevado a la primera línea del debate la crisis climática y, en 2019, Los Verdes ya se aprovecharon de esto en las últimas elecciones europeas. Ahora, sin embargo, lo que vemos es una CDU debilitada porque no está logrando hacer política medioambiental.

P: ¿Cambiaría las cosas en Alemania una victoria de Los Verdes en las elecciones generales de septiembre?

Desde la perspectiva de Fridays For Future y desde la perspectiva del Acuerdo de París, Los Verdes no tienen un programa electoral que permita llegar a los objetivos climáticos que deseamos. Esto nos enfada bastante porque Los Verdes son el considerado como partido de la protección del medioambiente. Y si Los Verdes no logran ponerse los objetivos del Acuerdo de París, nos preguntamos: entonces, ¿Quién lo hará? Nosotros, como Fridays For Future, no vamos a dejar de salir a la calle para que esperar las próximas elecciones y que ganen Los Verdes. Vamos a seguir pidiendo los cambios que hacen falta para alcanzar el objetivo de los 1,5º centígrados.

P: ¿Cómo han vivido en Fridays For Future la reciente decisión del Tribunal Constitucional alemán según la cual la política medioambiental que llevaba Ejecutivo era insuficiente para garantizar el futuro las próximas generaciones del país?

Amigos míos de Fridays For Future están detrás de ese recurso ante el Tribunal Constitucional y, si le digo la verdad, en el movimiento no esperábamos que los jueces les dieran la razón. No contaban con ganar. Es una decisión histórica. Porque el Tribunal Constitucional nunca se había pronunciado como lo hizo en esta ocasión, diciendo que lo que ahora se hace en la política climática está limitando los derechos de las generaciones futuras.

En el Tribunal Constitucional se han dado cuenta de que la Ley de protección contra el cambio climático aprobada por el Gobierno en 2019, como nosotros veníamos diciendo, no es compatible con los objetivos del Acuerdo de París, ni con nuestros derechos para protegernos ni nuestro derecho al futuro. Políticamente, esto ha tenido consecuencias, porque en trece días el Gobierno ha tenido que sacar adelante una nueva ley de protección contra el cambio climático.

P: ¿Cómo valora usted esa nueva ley?

Esa ley se explica en parte porque los partidos en el poder han tenido miedo. Se han dado cuenta de que si no conseguían resultados tangibles en esa materia no se les iba a votar. Pero la nueva ley que se ha aprobado tampoco es compatible con el Acuerdo de París. Ahora el Gobierno federal quiere que el país sea neutral en 2040 pero hay varios estudios que indican que ese objetivo no es compatible con mantener el aumento de la temperatura del planeta en 1,5º centígrados. Nosotros queremos que se llegue a la neutralidad mucho antes, en 2035. En realidad, esta situación le deja a uno sin palabras.

P: Junto al abandono del carbón en 2030 y la neutralidad en 2035, el otro gran objetivo que tienen ustedes en Fridays For Future es que el consumo energético sea del 100% de renovables a partir de 2035. ¿Cómo ve este otro objetivo respecto a la acción del Gobierno alemán?

Ocurre que Angela Merkel ha perfeccionado esa imagen suya en el escenario internacional de mujer que va a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, algo que, en realidad, no es así. Se podría considerar que hace un par de décadas que Alemania dio los primeros pasos en lo que respecta a las energías renovables. Pero en los últimos años ese movimiento se ha frenado. Esto se explica gracias a varios motivos. Por ejemplo, mire las reglas respecto a la implantación de aerogeneradores y cómo han ido cambiando. Con el tiempo, han ido aumentando progresivamente las distancias entre los aerogeneradores y las casas.

Así, ya no hay prácticamente sitios en los que levantar esos aerogeneradores. Y las energías renovables son necesarias para, por ejemplo, poder dejar de utilizar el carbón como fuente de energía. En Alemania, hacer más para mantener el aumento de la temperatura del planeta en sólo 1,5º centígrados es algo que según varios estudios es posible. Pero falta la voluntad política. Pero esto no sólo ocurre aquí, también en el resto de los países de la Unión Europea, cuyos objetivos climáticos tampoco son compatibles con el Acuerdo de País.

P: Menciona usted a la canciller Angela Merkel. ¿Cree que si Alemania tiene a Annalena Baerbock, la aspirante a canciller de Los Verdes medioambiental?

En principio, a mí me da igual quién es el próximo canciller. La esperanza de que Baerbock ponga a Alemania a la vanguardia está ahí, pero depende, entre otras cosas, del programa de su partido, que oficialmente saldrá en junio. Luego, todo depende de las elecciones mismas y de lo que pida la sociedad civil. Por eso, el plan del movimiento ambientalista alemán es que sus temas sean importantes este año, especialmente cuando tengan lugar las negociaciones sobre las coaliciones de Gobierno.

En ese momento es cuando se va a perfilar qué aspecto tendrá la acción por el medioambiente del próximo Ejecutivo. Puede que entonces, cuando un nuevo Gobierno no logre ocuparse de este tema, falte la aceptación social respecto a esa coalición. En resumen, creo que Annalena Baerbock puede hacer la política que hace falta, pero ella tiene que querer y tiene que plantear un camino vinculante en el que se reduzcan las emisiones para que el país sea compatible con el mantener el calentamiento del plantea en 1,5º centígrados.

P: ¿Tiene que ser anticapitalista una política compatible con ese objetivo

Ahora lo que vemos es que las emisiones siguen creciendo y por ahora no podemos ver que las emisiones caen cuando la economía crece. Por otro lado, la base misma del capitalismo es el crecimiento, y el buscar siempre más crecimiento, incluso en un planeta con unos recursos que no son infinitos. Esa pregunta que me hace es muy importante y hay que hacérsela en serio. En este sentido, el partido de los liberales, el FDP, el partido más liberal en Alemania, no tiene un programa político compatible con mantener el calentamiento en 1,5º centígrados. Pero Die Linke, el partido alemán más anticapitalista que hay aquí, tampoco lo tiene.

P: Entonces, por lo que me cuenta, no hay ningún partido que represente las ideas de Fridays For Future. ¿Hay que hacer la política fuera del Parlamentos? ¿O confía en que haya un partido que haga suyas las ideas de su movimiento?

Hacen falta las dos cosas, partidos y movimientos sociales. Hacen falta protectores del medioambiente en el Parlamento y en los partidos. Pero, para los partidos, es más difícil adoptar nuevas ideas porque son instituciones y, como tales, tienen miedo a perder partes del electorado si hacen algo. Además, la experiencia nos dice que nada se mueve en política si no hay movimiento en la calle.