Joe Casey grabó a escondidas durante cinco semanas lo que ocurría en estas salas para enseñar cómo los cuidadores abusaban de las personas más vulnerables de la sociedad, los enfermos.
Entró en la plantilla como un empleado de mantenimiento para poder contarlo. En el centro privado Winterbourne View se trataban a personas con discapacidades mentales y en vez de cuidados recibían "torturas".
Así lo evidencian las imágenes en las que se ven cómo los vapulean, los golpean, los insultan los dejan tirados por el suelo, los duchaban vestidos, se burlaban humillando a los enfermos y quitándoles su dignidad, según publica la BBC.
La policía ha arrestado a los cuatro cuidadores que aparecen en el vídeo que ha emitido un programa de la cadena estatal. Lo que describe este reportero es espeluznante, porque además de las imágenes están sus palabras.
Habla del caso de Simone, "fue la que recibió los peores abusos, con ella se cebaban, la escupían, la rociaban con agua, le daban bofetadas. Ví como le metían la cabeza en el inodoro".
"Un día le rociaron su cara con el agua del jarrón de flores que sus padres le llevaron, mientras ella gritaba en el piso de su dormitorio".
El periodista confiesa como sufrió viendo el dolor de esta joven sin poder hacer nada.
"Tuve que resistir mi instinto en aras de conseguir las pruebas que podrían ayudarla a que ella y otros no corrieran la misma suerte".
Ahora la opinión pública británica sabe lo que ocurre en el hospital privado de Winterbourne View y el debate está abierto.