Los buzos que forman parte del equipo de rescate han conseguido romper los cristales de la embarcación y acceder a su interior después de tres días de intentos fallidos. Por el momento la cifra de fallecidos se sitúa en 46, aunque 250 pasajeros, en su mayoría niños, continúan desaparecidos.
Las autoridades están investigando lo ocurrido y han arrestado al capitán y a dos tripulantes por los delitos de los delitos de abandonar el barco, negligencia, causar daño a otros pasajeros, eludir su deber de pedir ayuda a otros barcos y violar las leyes marítimas.
Los fiscales han extendido la orden de detención contra el capitán y han explicando que están intentando averiguar si cometió una negligencia adicional. La orden de detención contra los miembros de la tripulación era de diez días, extendible a otros diez. Si finalmente se aprueba la extensión, podrían estar bajo custodia hasta 30 días, informa la agencia oficial surcoreana Yonhap.