El hombre, que pesa 163 kilos, denuncia que ha perdido la custodia de sus hijos, de 5 y 6 años, por su peso. Para evitar que sus hijos sean adoptados ha iniciado una huelga de hambre frente al Parlamento de Ottawa.
La justicia ha determinado que los niños sean adoptados porque su madre no puede hacerse cargo de ellos. Hace un año fue hospitalizada tras sufrir un ataque de ansiedad y una sobredosis. Desde entonces, él anda inmerso en una batalla contra el Royal Hospital de Ottawa, entidad encargada de evaluar la situación familiar.
El padre asegura que su peso ha tenido mucho que ver en la decisión del tribunal, aunque los informes también recogen que ha admitido problemas en el pasado con el consumo de marihuana y con su fuerte temperamento. "Una de las razones del tribunal es mi peso porque no podría ocuparme en las tareas diarias de mis hijos", ha asegurado en declaraciones a la cadena CTV National News.