El miércoles se supo que los agentes habían detenido a 300 personas y empleado gases lacrimógenos y realizado disparos al interrumpir el III Congreso del Pueblo de Papúa, celebrado entre el 17 y el 19 de octubre en Abepura, cerca de la capital provincial, y al que asistieron varios miles de personas.
Los cadáveres de las cinco víctimas fueron encontrados el jueves por la tarde y aún no se conocen los resultados de las autopsias. Anton, un vecino de la zona citado por el diario 'The Jakarta Post', ha afirmado que murieron al recibir los disparos de los policías.
Pero el portavoz de la Policía de Papúa, Wachyono, ha negado que se usase una fuerza excesiva y ha asegurado que se siguió el procedimiento recomendado para este tipo de actuaciones. "Disparamos al aire, no a los participantes", ha dicho Wachyono, que ha subrayado que la Policía no es responsable de las muertes, según el portal de noticias 'Tempointeraktif'.
En Papúa existe desde hace décadas un movimiento insurgente separatista, aunque no muy activo, y parte de sus habitantes han reclamado varias veces que se celebre un referéndum en el que puedan decidir si quieren seguir formando parte de Indonesia o no.