Los hechos se remontan a 2004. Entonces, Lee Paige acudió a un centro educativo para impartir una charla a un grupo de unos 50 niños y sus padres sobre el uso seguro de armas.
Nada hubiera sido extraño de no haber sido por un inoportuno accidente. En un momento de la conferencia y después de afirmar que era el "único en el cuarto suficientemente profesional para portar la pistola Glock 40", el agente se disparó accidentalmente en el pie.
Tras los hechos, Paige presentó una demanda contra la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) por la difusión del vídeo que fue grabado por uno de los asistentes al evento.
En su denuncia, el agente sostenía que la grabación violó su privacidad, fue causa de multitud de burlas y humillaciones y fue el motivo por el que, desde entonces, no ha podido trabajar ni ofrecer charlas.
En 2010, un juez dictaminó que el agente no había aportado evidencias de quién difundió realmente el vídeo. Ahora, un tribunal de apelaciones vuelve a rechazar la demanda al considerar que la grabación no se refería a actos privados ya que estaba en un sitio público.