El cuerpo de la pequeña, Milly Boele, fue encontrado en la noche del martes enterrado en el jardín de la casa del detenido, situada casi enfrente de la vivienda de la niña, en la ciudad de Dordrecht (sur del país).
El detenido, de 26 años, había sido interrogado igual que todos los hombres que vivían en las cercanías, y su declaración generó algunos interrogantes, por lo que fue cuestionado de nuevo.
Al ver que las sospechas se centraban en él, contó lo que había ocurrido a su novia, quien le convenció para que acudiera a una comisaría y confesara, lo que hizo en la noche del martes.
Se desconoce el móvil del crimen
El detenido no ha explicado en su confesión el móvil de su acción y por ahora no consta que hubiera agresión sexual, según dijo el fiscal que lleva el caso en una conferencia de prensa.
Los resultados de la autopsia, que se conocerán el viernes, permitirá conocer más sobre las circunstancias de la muerte. RSO