Un británico se convierte en la primera persona en visitar los cuatro extremos más lejanos de la Tierra

  • El multimillonario ya viajó al Polo Sur en 1998 y al Polo Norte en 2018

  • Además, pasó 10 días en la Estación Espacial Internacional en 2008

  • Ahora ha llegado al punto más profundo en los océanos, el 'Challenger Deep'

Richard Garriott, el multimillonario desarrollador de videojuegos británico, se ha convertido en la primera persona del mundo en visitar los cuatro extremos más lejanos de la Tierra, como recoge Daily Mail.

Este explorador ya había estado en el Polo Sur en el año 1998, en la Estación Espacial Internacional en 2008 y en el Polo Norte en 2018. Ahora, se ha emergido en las profundidades de la tierra, a 36.000 pies de la Fosa de las Marinas en el Océano Pacífico.

Este último reto del británico, a sus 59 años, le ha llevado al punto más bajo conocido en los océanos del mundo, el 'Challenger Deep', y le ha convertido en la única persona del mundo que ha visitado estos extremos del planeta.

Llegar a este último punto no ha sido fácil. Ha necesitado pasar 12 horas en un vehículo de aguas profundas de 26 millones de dólares, pilotado por su compañero aventurero Victor Vescovo. Todo un "descenso a la oscuridad", como él mismo comentó tras su expedición.

Garriott trabaja con la organización benéfica educativa Ideas Foundation, y quiere servir de inspiración para que las generaciones futuras continúen con las expediciones y se conviertan en exploradores. Realizó el viaje en busca de organismos que pudieran sobrevivir a esas duras condiciones en la profundidad.

Zona cero para un desborde masivo de agua dulce ártica en el Atlántico

Y en uno de esos puntos donde Garriott ha viajado, en el Ártico, la enorme cantidad de agua dulce que se está acumulando por el calentamiento global puede fluir en masa al mar de Labrador alterando las corrientes océanicas locales y globales.

El mar de Beaufort, que es el depósito de agua dulce más grande del océano Ártico, ha aumentado su contenido de agua dulce en un 40% durante las últimas dos décadas. Cómo y dónde fluirá esta agua hacia el Océano Atlántico es importante para las condiciones oceánicas locales y globales.

Un estudio de la Universidad de Washington, el Laboratorio Nacional de Los Alamos y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) muestra que esta agua dulce viaja a través del archipiélago canadiense para llegar al Mar de Labrador, en la costa este canadiense, en lugar de a través de los pasadizos marinos más amplios que conectan con los mares en el norte de Europa. El estudio se publica en Nature Communications.

"El archipiélago canadiense es un conducto importante entre el Ártico y el Atlántico norte", dijo en un comunicado el autor principal Jiaxu Zhang, investigador postdoctoral de la Universidad de Washington en el Instituto Cooperativo de Estudios del Clima, los Océanos y los Ecosistemas. "En el futuro, si los vientos se debilitan y el agua dulce se libera, existe la posibilidad de que esta gran cantidad de agua tenga una gran influencia en la región del Mar de Labrador".

El hallazgo tiene implicaciones para el entorno marino del Mar de Labrador, ya que el agua del Ártico tiende a ser más fresca pero también rica en nutrientes. Esta vía también afecta a las corrientes oceánicas más grandes, a saber, una circulación de cinta transportadora en el Océano Atlántico en la que el agua más fría y pesada se hunde en el Atlántico Norte y regresa a la superficie como la Corriente del Golfo. El agua más dulce y liviana que ingresa al mar de Labrador podría ralentizar esa circulación volcada.

"Sabemos que el Océano Ártico tiene una de las mayores señales de cambio climático", dijo el coautor Wei Cheng del Instituto Cooperativo de Estudios del Clima, el Océano y la Atmósfera de la Universidad de Washington. "En este momento, esta agua dulce todavía está atrapada en el Ártico. Pero una vez que sale, puede tener un impacto muy grande".

El agua más dulce llega al Océano Ártico a través de la lluvia, la nieve, los ríos, las entradas del Océano Pacífico relativamente más dulce, así como el reciente derretimiento del hielo marino del Océano Ártico. El agua más dulce y liviana flota en la parte superior, y los vientos en el sentido de las agujas del reloj en el mar de Beaufort empujan esa agua más liviana para crear una cúpula.

Cuando esos vientos se relajen, la cúpula se aplanará y el agua dulce se liberará en el Atlántico norte.

"La gente ya ha pasado mucho tiempo estudiando por qué el agua dulce del mar de Beaufort se ha elevado tanto en las últimas décadas", dijo Zhang, quien comenzó el trabajo en el Laboratorio Nacional de Los Alamos. "Pero rara vez les importa a dónde va el agua dulce y creemos que es un problema mucho más importante".