Ya estaban avisados. Desde que se programase para este 13 de julio la visita del presidente estadounidense a Reino Unido se habían programado para la fecha movilizaciones en señal de protesta. La más llamativa, la impulsada un grupo de activistas coordinados por Leo Murray, quien lanzó una petición de ‘crowdfunding’ para asegurarse de que ‘Baby Trump’ sobrevolase el cielo de Londres; una réplica del mandatario en forma de globo gigante, donde se le aprecia con cara malévola y vestido en pañales. Y así se ha producido. Se trataba, ha dicho Murray a CNN, de hablar con Trump “en un lenguaje que él entiende; el del insulto personal”.
Así, centenares de personas se han dado cita tanto en el Parlamento como en Trafalgar Square, epicentro desde el que se han escuchado los gritos contra la siempre controvertida política del inquilino de la Casa Blanca.
Entre las numerosas personas allí reunidas ha estado también Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, quien ha pronunciado un discurso muy alabado.
“Estamos defendiendo nuestro derecho a manifestarnos, nuestro derecho a la libertad de expresión”, ha dicho, tras aplaudir que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, haya permitido unas manifestaciones que, de hecho, han provocado que la agenda de los Trump se viese modificada y los encuentros se produjesen fuera de la capital británica para evitar incidentes.
En su visita, Donald Trump y su esposa Melania han arrancado la jornada de trabajo con una reunión con la primera ministra, Theresa May, y tras una rueda de prensa conjunta, se han encontrado también con la reina Isabel II en el Castillo de Windsor.