Los refugiados sirios huidos a Turquía se manifestaron ayer martes por la noche para protestar por sus condiciones de vida y para reclamar que sea la ONU, y no el Gobierno turco, la que supervise la situación de los campamentos levantados junto a la frontera.
Los manifestantes se concentraron en Antakia para protestar contra la escasez de atención médica y contra los malos tratos que, en su opinión, sufren por parte de los supervisores y de las fuerzas de seguridad presentes en los campamentos, según informó este miércoles la edición digital de Al Yazira.
Asimismo, exigieron que se les trate como refugiados, "no como prisioneros", y acusaron a las autoridades turcas de prohibirles tanto los contactos con sus familias como las declaraciones a los medios de comunicación.