El aumento de contagios por la covid-19 en todo el continente europeo está obligando a los gobiernos a afronta las navidades con restricciones, incertidumbre y nerviosismo. El más contundente de todos ha sido el Ejecutivo de los Países Bajos que ha recuperado el toque de queda para toda la población y el cierre de la actividad económica a excepción de los servicios esenciales.
En Francia también han endurecido las restricciones y cancelado actividades tradicionales en París como el lanzamiento de fuegos artificiales y el concierto de fin de año.
Algo similar está ocurriendo en Alemania donde, además de estas medidas, el Gobierno ha ordenado el cierre de las discotecas hasta el próximo 28 de diciembre para evitar aglomeraciones. También ha fijado un máximo de 10 personas en reuniones familiares. Algunas ciudades como Berlín han ido más allá y se estudia cerrar clubes y discotecas antes de Nochevieja, cancelar grandes eventos y las reuniones dejarlas al mínimo.
En el Reino Unido, inmersos en las polémicas fiestas y reuniones con participación del primer ministro, Boris Johnson en el peor momento de la pandemia, empiezan a cancelarse todo tipo de eventos como la música en vivo o los puestos de comida callejeros.
El alcalde de Londres ha querido adelantarse a todas estas restricciones y ha decretado la suspensión de la tradicional fiesta en Trafalgar Square.
Y es que, de nuevo, raras serán las capitales europeas que se engalanen para despedir 2021.Volverán los brindis con mascarilla, los conciertos televisados y los villancicos, mejor por videoconferencia.