Joel Carson, oriundo de Arizona, irrumpió en una gasolinera dispuesto a matar a todo el mundo. Sin mediar palabra, abrió fuego contra un cliente al que le arrebató la vida; Efran Hernández, quien había entrado a la gasolinera apenas minutos antes.
El resto de los clientes tuvieron más suerte, porque el arma que Joel Carson había robado se encasquilló. Por eso, empezó a gritar obligando a una dependienta a cerrar la puerta y bloquearla con un expositor. En el interior de la tienda de la gasolinera, ubicada en Phoenix, había entonces ocho rehenes expuestos a la violencia del agresor, de 53 años. Sin embargo, no se iban a quedar parados sin oponer resistencia. Uno de los clientes logró alertar a emergencias de que había un hombre armado en el lugar. Otro, por su parte, aprovechando un descuido del atracador se abalanzó sobre él tratando de arrebatarle el arma. Fue entonces cuando rápidamente, el resto acudió en su ayuda, golpeando con lo que pillaban, –con una caja y a puñetazos–, al agresor. Entre todos consiguieron reducirlo y aprovecharon para huir.
En esa situación, Carson no pudo sino atrincherarse en el interior hasta que un grupo de las fuerzas especiales asaltó el establecimiento y procedió a su arresto.
El suceso tuvo lugar en mayo del año pasado, pero ha sido ahora, durante el juicio, cuando se han difundido las imágenes.