Según ha reconocido el Gobierno francés, la catedral parisina de Notre Dame, que sufrió un incendio el pasado mes de abril, podría estar fragmentando su estructura al notificar la caída de diversas piedras procedentes de su fachada y "correr el riesgo de derrumbarse". Algo por lo que el Ministerio de Cultura ha solicitado reanudar las obras suspendidas por riesgo de contaminación laboral el pasado 25 de julio con carácter "urgente".
La reciente ola de calor también vivida en el territorio galo habría favorecido a que estos elementos materiales se viniesen abajo cuatro meses después del accidente. Las labores de limpieza comenzadas hace tan solo un día para retirar el plomo en las proximidades no serían "suficiente" para el Ministerio de Cultura, que ha insistido en la "necesidad inmediata de adelantar las obras" para recuperar el emblemático lugar parisino.
Las tareas de reconstrucción comenzarán, en principio, el próximo lunes 19 de agosto, fecha en la que se espera que se garanticen todas las condiciones óptimas para la salud de los operarios que trabajarán en el área.
El organismo también ha justificado el apresurado inicio de las obras un día después del accidente como medida preventiva para evitar el "colapso" de una de las catedrales más admiradas. Todo ello unido a la pretensión del presidente francés, Emmanuel Macron, de reparar la estructura en solo "cinco años".