Cuando Donnie despierta, Ronnie siempre está ahí. Apenas a medio metro. Poniéndole la espuma de afeitar mientras él, a cambio, apura su afeitado. Un toma y daca obligatorio cuando se está unido por el abdomen. E incluso así entrar en la piscina es un ejercicio de malabarismo. Para bajar del coche los astros tienen que estar alineados. Y, en fin, el universo entero tiene que conspirar para que Donnie logre batear como él sabe. Aunque durante 62 años, 8 meses y 7 días, el universo lo ha hecho. En todos los recuerdos de Ronnie, está su hermano. Los médicos no quisieron operarlos al nacer, que es cuando hay que hacerlo, porque era muy arriesgado. Así que desde entonces son inseparables. Su secreto para sobrellevarlo, dicen, es amor... Bueno, y no siempre...