El presidente interino de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Sirias (CNFORS), George Sabra, ha reiterado que no acudirá a la reunión internacional de Ginebra y ha hecho un llamamiento en favor de una intervención militar global en Siria
"No es el momento de pensar en conferencias internacionales. Lo que ocurre en Siria cierra totalmente las puertas a cualquier discusión sobre iniciativas políticas", ha recalcado, según ha informado la cadena de televisión qatarí Al Yazira.
En este sentido, ha manifestado que el conflicto en el país árabe está minando la estabilidad en la región y que la guerra podría desembocar en "la existencia de fosas comunes en todo Siria".
Por ello, ha solicitado ayuda militar internacional a los grupos opositores armados "para hacer frente a los combatientes del partido-milicia chií libanés y de Irán que combaten en las principales localidades del país".
"Irán está trabajando para transformar la región en grupos en guerra", ha dicho. "Hemos advertido a todo el mundo de la gravedad del despliegue de las milicias de Hezbolá en territorio sirio", ha añadido.
Por último, ha solicitado la "rápida aprobación" de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas "para implementar pasos prácticos que pongan fin al derramamiento de sangre, establezcan corredores humanitarios para la entrega de ayuda en las zonas afectadas y respalden a la revolución para poner fin a la violencia".
Las declaraciones de Sabra se han producido el mismo día en que el Ejército sirio ha anunciado la toma del control de la localidad de Al Buweida, ubicada en los alrededores de Qusair, recuperando así la totalidad de los territorios cercanos a la ciudad tras semanas de combates contra los rebeldes en los que ha contado con el respaldo de Hezbolá.
Los rebeldes confirmaron a primera hora del miércoles su retirada de Qusair. "A la vista del fuerte arsenal (del enemigo), de la falta de suministros y de la descarada intervención de Hezbolá, decenas de combatientes han protegido la retaguardia y han asegurado la retirada de sus compañeros junto a los civiles", dijeron.
La localidad, con más de 20.000 habitantes, se encuentra en una posición estratégica, segregada entre localidades suníes y chiíes, estas últimas afines al presidente sirio, cuya confesión alauí es una escisión de la rama chií del Islam.
Para las fuerzas gubernamentales resulta crucial mantener abierto un paso entre el valle de la Bekaa y la costa del Mediterráneo, en el caso de que caiga Damasco, que en las últimas semanas ha sido objeto del asedio rebelde.
El jueves, el Ejército aseguró haber arrebatado a los rebeldes el control de la aldea de Al Daba, ubicada en los alrededores de Qusair. En base a las primeras informaciones, Al Daba es la localidad a la que huyeron los rebeldes tras ser expulsados de Qusair junto a decenas de civiles.