Laura Handley, de 30 años, había identificado las marcas de su hija Tazmin, de dos años, como moratones leves o sarpullidos, sin darle demasiada importancia.
Sin embargo, tras leer la historia de un niño de 13 años, que murió una semana después de ser diagnosticado con leucemia el pasado año, comenzó a preocuparse.
Empezó a investigar los síntomas de su pequeña, que también incluían sudores nocturnos y dolor muscular y articular, y decidió llevar a su hija al médico.
Las sospechas de Handley se confirmaron y le diagnosticaron pre-leucemia, como informa Metro, a principio del pasado verano.
Tras recibir un trasplante de médula ósea y someterse a otra sesión de quimioterapia, los médicos dijeron a la familia la mejor de las noticias: Tazmin estaba recuperándose.
"Si no fuera porque leí esa historia, entonces nunca hubiéramos ido al médico", asegura la madre al citado medio.
Los padres de la pequeña han creado una página en Facebook para advertir de los síntomas de la leucemia. La pequeña Tazmin volverá a la guardería el próximo mes de septiembre tras estar totalmente recuperada de la enfermedad.