El Salvador muestra su “exitosa” y polémica estrategia de mano dura en sus cárceles

  • Denuncia que el Gobierno negocia con el grupo Mara Salvatrucha 13

  • Aseguran que se habrían pactado beneficios a cambio de una reducción de los homicidios

Polémica en el Salvador por las condiciones de los presos en algunas cárceles del país. Hacinados en celdas, en ropa interior y con mascarillas. El Salvador abrió las puertas a los medios de comunicación este viernes para hablar del “éxito” que está teniendo su estrategia contra la criminalidad.

Dice el Gobierno, con el presidente Nayib Bukele al frente, que desde que han tomado estas fuertes medidas se han reducido la criminalidad y los homicidios notablemente. Unas imágenes que han generado mucha controversia por dos motivos: muchas asociaciones denuncian que el estado de los presos en las cárceles vulnera los derechos humanos.

Además, el periódico ‘El Faro’ ha publicado documentos sobre la prisión que apuntan que esta reducción de homicidios se debe a supuestas negociaciones entre el Gobierno y la Mara Salvatrucha 13, considerada organización terrorista en Estados Unidos. El presunto pacto implicaría la reducción de la violencia a cambio de mejoras en las condenas.

Bukele sale al paso de las supuestas conversaciones entre su Gobierno y la Mara Salvatrucha

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha tomado a broma las supuestas conversaciones que su Gobierno habría venido manteniendo desde junio de 2019, cuando llegó al poder, con la Mara Salvatrucha, la principal pandilla del país, desveladas en base a documentos oficiales por el diario 'El Faro'.

El periódico aseguró este jueves que tiene en su poder cientos de informes del sistema penitenciario en los que se documentan decenas de reuniones secretas entre funcionarios gubernamentales y líderes pandilleros, así como informes de Inteligencia en los que se explica lo pactado en los mismos.

Según dichos documentos, los representantes del Gobierno de Bukele, entre los que habrían estado el director general de Centros Penales, Osiris Luna, y el director de la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, y la Mara Salvatrucha (M-13) negociaron una reducción en la cifra de homicidios, beneficios carcelarios para los pandilleros y promesas a largo plazo vinculadas con las legislativas de 2021.

Entre los beneficios negociados, y de los que se da todo lujo de detalles en los documentos, figura por ejemplo permitir la venta de pizza o golosinas en las cárceles, el traslado de guardias que los reclusos consideraban muy agresivos o dar marcha atrás a la decisión de juntar en las mismas celdas a pandilleros de distintas maras.