Una segunda explosión borra toda esperanza de encontrar vivos a los mineros

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 24/11/2010 06:27

"No hubo supervivientes tras un nuevo masivo estallido bajo tierra", ha anunciado el responsable policial de los equipos de rescate, Gary Knowles.

Tras conocer la noticia, decenas de familias abandonaron llorando la sala de prensa, y algunos se tiraron al suelo y arremetieron contra la Policía por haberse negado a bajar al pozo para salvar a sus seres queridos, según testigos presenciales.

Knowles ha indicado que la explosión ocurrió a las 14.37 hora local (4.37 de la madrugada, hora española): "En ese momento yo mismo estaba cerca de la entrada de la mina, y el ruido fue impresionante, igual de potente que la primera".

"Somos una nación de luto"

"Perder a nuestros hermanos ha sido un golpe durísimo. Todos los neozelandeses nos solidarizamos con sus familias, somos una nación de luto", ha declarado el primer ministro, John Key, en un discurso televisado.

El jefe del Ejecutivo de Wellington ha añadodo que "después de tantos días de esperar y temer lo peor, hemos recibido la peor noticia posible. A todos los que echaréis de menos a un ser querido, Nueva Zelanda está con vosotros".

Key ha anunciado que visitará la mina este miércoles y que el país celebrará una jornada de luto oficial, durante la cual las banderas ondearán a media asta y el Parlamento respetará un minuto de silencio en memoria de las víctimas.

También dijo que en las próximas semanas se establecerá una comisión independiente para investigar las causas del estallido de gas metano que el pasado viernes enterró a los 29 empleados de la compañía Pike River en el yacimiento de Atarau, en la Isla Sur.

Recuperación de los 29 cadáveres

A partir de ahora, la operación de salvamento ha pasado a la fase de recuperación de los 29 cadáveres.

La segunda explosión se ha producido después de que se lograra taladrar un pequeño túnel hasta la galería, pero en cuanto al analizar el aire, los expertos han constatado una cantidad excesiva de monóxido de carbono y gas metano, así como insuficiente oxígeno.

Las labores de rescate se han visto paralizadas desde el primer momento por la reticencia de las autoridades a permitir a los equipos de rescate descender a la mina por el riesgo del gas tóxico, una reticencia que ha frustrado a las familias.

También ha fracasado el intento de que un robot articulado enseñara el camino a los socorristas. BQM