Armado con un tenedor de jembe, una pala, un hacha y una jarra de agua para calmar su sed, el Sr. Muchemi trabajaba doce horas al día a pleno sol. Los líderes locales nunca le hicieron caso así que él decidió acabar con la odisea vecinos para ir a los centros comerciales a comprar lo necesario para el día a día. El camino ahora también está siendo utilizado por estudiantes y alumnos de la Escuela Secundaria Kaganda y la Escuela Primaria Kaganda.
Josephine Wairimu, de 68 años, dijo que había dejado de ir a la iglesia debido a la falta de accesibilidad, pero con el nuevo camino, ahora continuará el próximo domingo, gracias al Sr. Muchami. "Le debemos mucho. Al menos habrá que darle algo de comida mientras trabaja en la lo que le quede de la carretera, confesaba al diario Nación.
La noticia sobre el trabajo del Sr. Muchami se ha vuelto viral en las plataformas de las redes sociales. Los buenos deseos han estado en tropa con los regalos a la casa del Sr. Muchami.