Varios hombres armados han atacado este martes a una patrulla del Ejército yemení en la ciudad de Adén, en el sur del país, y han matado a uno de los soldados que formaban parte de la unidad, según ha informado un responsable gubernamental local, que ha explicado que, además, varios individuos han lanzado dos granadas de mano contra un edificio gubernamental, causando daños materiales en el inmueble.
Estos dos ataques suponen un aumento de la violencia registrada en esta estratégica ciudad portuaria próxima a Abyan, la región en la que los milicianos islamistas continúan con su desafío al Ejército yemení al mantener el control de dos ciudades, una de ellas la capital, Zinjibar.
Los más de seis meses de manifestaciones para exigir el final del régimen que preside desde hace 33 años Alí Abdulá Sale han dejado paralizado Yemen y lo han sumido en una crisis política en la que los intentos internacionales para lograr un traspaso de poder han resultado infructuosos.
Mientras el presidente Salé se recupera en Riad (Arabia Saudí) de las heridas que sufrió en el atentado contra el palacio presidencial de Saná el pasado 3 de junio, los milicianos islamistas que actúan en el sur del país han logrado mantener el control de dos ciudades de Abyan.
Tras la acción de los milicianos, que el Gobierno relaciona con la red terrorista Al Qaeda, decenas de miles de residentes han abandonado Abyan para refugiarse en Adén, situada al este de un estratégico paso marítimo por el que cada día se trasladan unos tres millones de barriles de petróleo.
Las fuerzas de seguridad yemeníes han intentando impedir que la violencia se extienda desde Abyan hasta Adén, para lo que se han desplegado rodeando la localidad. A pesar de la presencia de las fuerzas de seguridad, el pasado mes de julio la explosión de una bomba trampa colocada en un vehículo acabó con la vida de un ciudadano británico en Adén y, cuatro días después, un terrorista suicida mató a nueve soldados yemeníes al estrellar el vehículo con el que viajaba contra un puesto de control militar en las afueras de la ciudad.