En 1997, el Tribunal Supremo de Corea del Sur condenó a Chun a la pena de muerte, que finalmente le fue conmutada, y a pagar 220.000 millones de won (152 millones de euros) por los delitos de motín, traición y sobornos, de los cuales quedan pendientes 167.200.
"Me disculpo en nombre de nuestra familia por causar problemas relativos al pago de las deudas al pueblo surcoreano", ha dicho el hijo mayor de Chun, Jae Kook, en la rueda de prensa que ha ofrecido este miércoles en la sede de la Fiscalía en Seúl.
"Siento haber tardado tanto en resolver este asunto debido a mis problemas, a pesar de que mi padre me dijo que cooperara con las autoridades surcoreanas todo lo que pudiera", ha añadido, según informa la agencia de noticias Yonhap.
Jae ha anunciado que la familia planea pagar voluntariamente al Estado 170.300 millones de won (118 millones de euros) en dinero, activos financieros y propiedades de todo tipo, a pesar de que es más de la cantidad adeudada.
"Todos los miembros de nuestra familia van a hacer su mayor esfuerzo para cooperar con las autoridades surcoreanas para que el proceso de colecta sea rápido", ha indicado.
La Fiscalía, por su parte, ha indicado que valorará los bienes entregados por la familia Chun y, en el caso de que no cubran el total de la deuda, procederá a confiscar todos los que sean necesarios para saldarla.