Las tensiones entre Rusia y Georgia bloquean los avances en la OSCE

AGENCIA EFE 02/12/2010 09:26

Las negociaciones se prolongaron durante horas por encima de lo previsto, pero las delegaciones sólo consiguieron pactar un texto de mínimos, en el que evitaron mencionar los conflictos separatistas en países del área ex soviética, el asunto central de las discusiones durante los dos días de reunión.

La intención de la presidencia kazaja en ejercicio era cerrar la cumbre con un "plan de acción futuro", en el que se delineaban las claves para reforzar la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), tal y como pretenden muchos de sus miembros.

La tarea, finalmente, quedará en manos de Lituania, que deberá hacerse cargo de la "patata caliente", tal como afirmó un diplomático europeo, y que sucederá a Kazajistán al frente de la organización.

Los conflictos sin resolver entre varios miembros marcaron la cumbre celebrada en Astaná, que se paralizó esta semana por la presencia de varias decenas de líderes.

Entre ellos estuvieron el presidente ruso, Dmitri Medvédev; la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y la mayor parte de los jefes de Estado de las repúblicas del Cáucaso y de Asia Central.

Tanto ellos como la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, instaron durante la primera jornada a impulsar el papel de la OSCE como foro para garantizar la seguridad en la región euroasiática.

Hoy, sin embargo, los países fueron incapaces de superar sus diferencias y aprobar un texto en el que se hiciese referencia a los conflictos congelados, como el de Nagorno-Karabaj (enclave armenio en Azerbaiyán) y el Cisdniéster, región separatista de Moldavia.

El golpe definitivo, sin embargo, lo dio la disputa entre Rusia y Georgia por las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur, que llevó a los dos países a un enfrentamiento bélico en el verano de 2008.

En su intervención de ayer, Clinton reiteró el apoyo de EEUU al Gobierno de Georgia y llamó a las dos partes a acercar posturas.

Sin embargo, tanto Medvédev como el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, insistieron en sus posturas y se lanzaron duros ataques.

Hoy, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, abandonó el Palacio de la Independencia de Astaná dejando claro que Moscú no aceptaría ningún texto que mencionase el "conflicto de Georgia".

Para entonces, la gran mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno ya había abandonado la capital kazaja, dejando en manos de sus diplomáticos las negociaciones.

El texto consensuado finalmente bajo el nombre de "Declaración conmemorativa de Astaná" es un documento de mínimos que servirá de base para los trabajos de la presidencia lituana el año próximo.

En él, los países se comprometen al respeto de la paz, las libertades fundamentales y los derechos humanos y a tratar de fijar el año próximo un plan de acción concreto.

Rusia, mientras, acusó a algunos países -en referencia a Georgia- de actuar bajo un enfoque "ideológico" y tratar de convertir a la OSCE en un "rehén político".

El presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, opinó sin embargo que hoy es el día en que "renace" la OSCE y aseguró que la organización entra en "una nueva fase" de cooperación entre el espacio euroatlántico y Asia.

El líder kazajo insistió en calificar de "histórica" la cumbre de Astaná, que pese a la ausencia de resultados políticos ha servido como escaparate del potencial económico del país, rico en recursos energéticos y con importantes inversiones extranjeras.

El Estado presidido desde su independencia por Nursultán Nazarbáyev es la primera república ex soviética que preside una organización como la OSCE, a pesar de las numerosas críticas sobre sus credenciales democráticas y de respeto de las libertades.