El jefe torturador del Jemer Rojo, condenado a 35 años de prisión

AGENCIA EFE 26/07/2010 08:00

Kaing Guek Eav, de 67 años y conocido como "Duch", es el primero de los cinco ex destacados cargos que el tribunal ha condenado por su implicación en las atrocidades cometidas durante aquel régimen que causó la muerte de al menos 1,7 millones de personas en 44 meses, desde abril de 1975 a enero de 1975.

El tribunal rebajó cinco años de pena al considerar que el ex jefe de la prisión de Tuol Sleng o la S-21, detenido en 1999 y acusado formalmente en julio de 2007, estuvo encarcelado de forma ilegal y cooperó con la Justicia, por lo que deberá cumplir otros 19 años de cárcel tras haber pasado ya 11 años entre rejas.

La Fiscalía de las Cámaras Extraordinarias de los Tribunales de Camboya, denominación oficial del órgano judicial auspiciado por la ONU, había pedido 40 años de prisión, la máxima pena contemplada por la legislación camboyana.

Por su parte, la defensa pidió la absolución de Duch, a quien pintó como servidor de la jerarquía del Jemer Rojo, a la vez que cuestionó que el tribunal tuviese "jurisdicción" para procesarle.

Con Duch en pie y aparentemente inquieto, el fallo fue dado a conocer tras la lectura, durante más de una hora, de las conclusiones a las que llegaron los jueces.

"Todas las personas detenidas en la S-21 tenían el destino de ser ejecutadas de acuerdo a la política dictada por el Partido Comunista de Kampuchea para aplastar a los enemigos", dijo Nil Nonn, el juez que presidió la vista.

Vestido con una camisa de color azul claro y una Biblia sobre la mesa tras la que se sentó, Duch cambiaba continuamente la dirección de su mirada y se llevaba a la boca un vaso de agua.

El tribunal encargado de investigar y juzgar las atrocidades del Jemer Rojo se pronunció tres años después de que se iniciara el caso y cuando ya han transcurrido más de tres décadas desde que el brutal régimen fuese derribado por las tropas vietnamitas que invadieron Camboya.

El ex director de la prisión de Tuol Sleng fue juzgado a lo largo de 77 vistas y acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad y casos de asesinato y tortura cometidos mientras estuvo al mando de ésta.

Entre 14.000 y 16.000 personas, entre ellas unos 2.000 niños, fueron interrogadas y torturadas en Tuol Sleng antes de ser asesinadas en los campos de exterminio de Choeung Ek, a unos 15 kilómetros de Phnom Penh, la capital.

Al amanecer y antes de que el tribunal abriera sus puertas, varios cientos de camboyanos, observadores, diplomáticos y periodistas aguardaban en el exterior para acceder al interior y seguir el desarrollo de la vista.

En Camboya, un país en el que la superstición está muy extendida, el hecho de que la pasada semana se derrumbase el techo de una de las naves de la prisión de Tuol Sleng, hoy el Museo del Genocidio, fue interpretado por muchos camboyanos como una señal de que los "espíritus de las víctimas estaban reclamando justicia".

La condena fue considerada leve por la mayoría del público que acudió a la vista, gran parte en autocares desde diferentes regiones del país.

"Esto no es justicia. El tribunal ha decepcionado", dijo Bou Meng, de 69 años y uno de los supervivientes que fue llamado a declarar durante el juicio.

Duch es el único de los cinco acusados que ha expresado remordimiento y pedido perdón a los supervivientes.

Esperan su turno para ser juzgados: Khieu Samphan, ex presidente de la República Democrática de Kampuchea; Nuon Chea, "hermano número dos" e ideólogo de la organización; Ieng Sary, ex ministro de Exteriores; y su esposa, Ieng Thirit, ex titular de Asuntos Sociales.

Pol Pot, el "hermano número uno" y máximo dirigente del Jemer Rojo, murió en la jungla camboyana en abril 1998.

Miguel F. Rovira