Magarief ha anunciado un acuerdo para conformar una "sala de operaciones de seguridad" que se centrará en garantizar la seguridad de la ciudad de Benghazi, en el este de Libia, y de disolver todas las milicias que no estén controladas por Trípoli.
Además, ha hecho un llamamiento a que no se porten armas de fuego por las calles del país y ha aclarado que quedan prohibidos los controles y las patrullas organizados dichas milicias no gubernamentales.
Así pues, Magarief ha autorizado públicamente al Ejército libio a que tome los cuarteles de las milicias no gubernamentales, después de que manifestantes y tropas asaltaran varias sedes de milicias islamistas en Benghazi, causando cuatro muertos y decenas de heridos.