El nombramiento de Scaramucci, un millonario neoyorquino, conmocionó la Casa Blanca, pero la gota que colmó el vaso parece ser el reciente ataque verbal contra otros altos cargos del ala oeste de la Casa Blanca que ha deparado la salida del portavoz, Sean Spicer, y del jefe de gabinete, Reince Priebus.
"El señor Scaramucci sentía que era mejor dejar vía libre al jefe de gabinete, John Kelly, para que pueda construir su propio equipo", ha apuntado la Casa Blanca en un comunicado.
Scaramucci presumía de responder directamente ante Trump, y no ante el jefe de gabinete, John F. Kelly. Precisamente Kelly había dejado claro este lunes en una reunión que era él quien estaba al mando.
Precisamente la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha aclarado tras anunciarse la destitución que Trump considera que las declaraciones de Scaramucci en una entrevista con una revista eran "inapropiadas".
"El presidente ciertamente sintió que los comentarios de Anthony eran inapropiados para una persona en su posición y no quería que pesaran sobre el general Kelly", ha explicado Sanders en rueda de prensa.
Scaramucci cargó en términos ordinarios contra Priebus y contra el estratega jefe de Trump, Steve Bannon, en una entrevista publicada la semana pasada por la revista 'New Yorker'.