La UE admite desafíos de seguridad para ampliar la misión de control de fronteras al sur de Libia

EUROPA PRESS 10/09/2013 19:23

La misión de la UE, lanzada en mayo con un mandato inicial de dos años, tiene por objetivo entrenar, asistir y asesorar a las autoridades libias en el control de fronteras y a ayudarles a desarrollar una estrategia de gestión integrada de fronteras, para controlar los pasos fronterizos, pero también puertos y terminales aeroportuarias.

El jefe de la misión EUBAM Libia, el antiguo responsable de los servicios aduanas en Finlandia Antti Hartikainen, ha reconocido que por el momento la misión está desarrollando sus actividades "fundamentalmente" en Trípoli, aunque también han realizado varias visitas en algunos pasos fronterizos del oeste del país, incluido el más importante entre Túnez y Libia, y algunos cursos de entrenamiento "fuera de Trípoli".

"El Gobierno libio nos pidió centrarnos en la parte suroeste del país pero por motivos de seguridad no hemos podido estar físicamente presentes", ha admitido en un encuentro con un grupo de medios, entre ellos Europa Press. "No tenemos poderes ejecutivos", ha recordado.

"La situación de seguridad no es muy fácil. Viajar es bastante complicado. Hay muchos riesgos" dado que "algunas zonas" las controlan tribus cuya lealtad a Trípoli no está garantizada y grupos criminales, ha admitido una fuente de alto nivel europea.

PROBLEMA DE LAS MILICIAS: SABER A QUIÉN SE ENTRENA

La UE espera que las autoridades libias progresen en identificar a las milicias encargadas de la vigilancia fronteriza, las aduanas o el control de pasaportes con el objetivo de garantizar que son "cien por cien leales" al Gobierno de Trípoli dada la situación política "bastante compleja" tras la caída del régimen de Muamar Gadafi.

"Es un desafío. En algunas zonas algunas katibas o milicias se encargan de la vigilancia fronteriza o de las aduanas. No son operativas, no están equipadas, no han recibido entrenamiento. Nos gustaría hacerlas operativas", ha explicado la fuente.

"No sabemos a quienes estamos entrenado", ha admitido. "La misión ni tiene el mandato ni sus propios medios para controlar el historial de los reclutas. Esta responsabilidad obviamente la tienen las autoridades libias a las que asesoramos. Una de las razones por las que la UE ha decidido no dar entrenamiento militar es el riesgo de entrenar a individuos que potencialmente pueden actuar en el futuro en contra de los objetivos de la UE", ha precisado.

La UE también confía en que Trípoli haga más esfuerzos para tender la mano a las regiones, que se sienten "marginadas" por el Estado central en un país tan tribal como Libia y que sea "muy activo" para promover "alternativas" de medios de vida para atajar el contrabando de armas y humano, ha explicado la fuente. "Nadie sabe realmente lo que está ocurriendo en el sur", ha admitido.

La misión lleva ya un mes y medio trabajando sobre el terreno con el grupo de trabajo creado por las autoridades libias con representantes de cuatro agencias libias --de Gestión de Fronteras; Policía de Inmigración, Aduanas y Guardacostas--, así como del Ministerio de Exteriores y de la oficina del primer ministro para intercambiar ideas de cara a elaborar una estrategia de gestión fronteriza integrada para Libia en la que asesorarán los europeos y que llevará "al menos" un año o dos. Y confía en que las autoridades libias acepten su propuesta de crear un centro de cooperación entre ellas para resolver la falta de intercambio de información entre ellas.

La misión está centrando sus actividades por el momento en asesorar sobre "los principios básicos de la gestión integrada de fronteras" y entrenamiento "básico" sobre cómo patrullar, leer mapas y utilizar el GPS, así como en análisis de riesgo para identificar documentos de viaje falsificados.

Otro de los grandes desafíos es la falta de equipamiento e infraestructuras adecuados para la gestión fronteriza en Libia. En algunos pasos apenas cuentan con "un sello, un bolígrafo y papel", aunque otros sí están conectados a un sistema informático centralizado, admite la fuente de alto nivel. Los puertos parecen estar mejor equipados con "escáneres Rayos X" y los aeropuertos tienen "mejores sistemas informáticos" aunque "algunos no están conectados" a ninguna base central.

La misión cuenta en la actualidad con 45 expertos en fronteras, policías y aduanas de 14 Estados miembros, incluidos tres españoles.

A ellos se sumarán otros siete este mes previsiblemente y otros 40 asesores a comienzos del próximo año. La idea es llegar al objetivo de 110 efectivos internacionales en total para la misión, cuyos miembros siguen alojados en un hotel de la capital a la espera de que se termine de acondicionar "en los próximos meses" el campamento de la misión, a unos 16 kilómetros al este de la capital.