En un texto de conclusiones adoptado en reunión de ministros, los 28 han respaldado los esfuerzos del enviado especial para Libia de Naciones Unidas, el español Bernardino León, para llevar a la mesa de negociaciones a las partes.
Y han apostado porque este diálogo sea "tan inclusivo como sea posible", con el fin de que "todos los libios" se sientan representados por las decisiones que se tomen en el proceso. La participación de todas las facciones en las llamadas conversaciones de Ginebra es cuestión "clave" para la paz, la estabilidad y la seguridad de Libia.
Además, han recalcado que una solución "política" es el único camino para llegar a una solución duradera de paz y estabilidad; para lo que consideran que es esencial que se pacte un alto el fuego "sin condiciones" y respetado por todos.
Si no se producen avances en las conversaciones, avisan los ministros en el texto, la Unión Europea está preparada para introducir "tan pronto como sea necesario" medidas restrictivas contra los "saboteadores del proceso de diálogo", en línea con la resolución de Naciones Unidas que permite actuar contra quienes "amenazan la paz".
Finalmente, los Veintiocho piden que se proteja a los civiles en una crisis que ha dejado ya al menos 700 muertos por los enfrentamientos y que se garantice el acceso del personal y ayuda humanitaria.